Yordanis Samón. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 07:06 pm
Si hubieran seguido en el mismo equipo, casi seguro serían el tándem de bateadores más temidos de los que juegan juntos durante toda la Serie Nacional. Dos años después de que se separaran siguen siendo el uno-dos en muchos «asuntos» resueltos de la pelota, en el home plate, con el bate en mano, aunque cada uno se pare por una banda diferente del pentágono de goma.
Yordanis Samón torció el rumbo buscando el oro que encontró Guillermo Avilés cuando él dejó de trotar con los Alazanes de Granma. Samón se fue al pantano de unos Cocodrilos que habían mandado a hacer, por sexta vez consecutiva, una cola dorada para la Serie 56. Como en las anteriores, lo que parecía que iba a ser no fue, mientras Avilés sí se puso herraduras doradas ese año, jugando en la posición que heredó del otro.
Ahora Samón brilla dentro de la jaula de los Leones, donde se ha metido esta temporada con el deseo de ayudarlos a convertir los rugidos metálicos en «pepitas de oro azul». Desde 2010, en el horno de los play off no se cuece una corona de ese color.
Por sendas divergentes, Samón y Avilés, que nacieron en la misma provincia, han tenido, también, diferentes «suertes» con el equipo nacional. Sucedió con el que fue al Clásico Mundial, donde cabían los dos.
Pero ellos, aunque algunos crean que tienen irremediablemente destinos dispares, andan uno detrás del otro en no pocos aspectos ofensivos. El mago de las estadísticas de JR, Benigno Daquinta, nos cuenta en números el paso parejo y brioso de ambos, que confirma lo que en verdad son: un par de Alazanes de pura sangre, estén donde estén.
Polos iguales, dice la ciencia, se repelen; pero, a veces, se alejan tanto que se acercan demasiado. Es el caso, bate en mano, de Samón y Avilés.