Yuri González suma dos reveses en Tsaghkadzor. Autor: Sitio Web del torneo Publicado: 21/09/2017 | 06:08 pm
Si hasta el momento los sesudos que defienden los tres primeros tableros de Cuba en la Copa Mundial de ajedrez por equipos acumulan seis victorias y ninguna derrota, los dos muchachos que se turnan como cuarta pata de la mesa siguen regando comején y ya suman cuatro caídas costosísimas en Tsaghkadzor, Armenia.
Nuevamente el hombre popa del bote caribeño aportó el resbalón que este sábado hizo perder a la Mayor de las Antillas frente al potente plantel de Ucrania, nuestros verdugos de turno 2,5-1,5 y líderes del evento.
Yuri González (2557) transitaba por un combate parejo hasta el lance 27, pero a partir de ahí se le comenzó a enredar la pita por los continuos tirones de Yuriy Kryvoruchko (2686), quien a la postre —y como postre— se merendó al cubanito tras 46 cucharadas con figuras negras.
Por su parte, Yuniesky Quesada (2629) sigue como referente de la lid —cabeza de un escalafón individual con 50 trebejistas, merced a 4,5 rayas en seis salidas. De ahí que mostrase solidez vistiendo el negro ante Pavel Eljanov (2733), para resolver después de 69 pasos un complicado encuentro que, según las supercomputadoras, olió a ucraniano a partir del pujo 19.
Desde mi punto de vista, el error estratégico de Cuba fue firmar rápidamente los armisticios en las mesas de «arriba» y apostar por la decisión en las de «abajo». Es cierto que Lázaro Bruzón (2691) enfrentaba al incombustible y mañoso Vassily Ivanchuk (2731), pero 22 movidas me parecen muy poca lucha para alguien que va con blancas y está consciente de la debilidad del cuarto tablero de su equipo —en el que también se alterna Isam Ortiz (2612).
Así, el tunero empató en un abrir y cerrar de ojos y Leinier Domínguez hizo lo mismo con Ruslan Ponomariov (2713), tras 21 caricias de rápidos intercambios. Creo que el mejor trebejista de Latinoamérica pudo apretar más la tuerca, aun cuando manejaba piezas oscuras. El secreto a voces de la debilidad antillana —entiéndase mesa cuatro— fue el Caballo de Troya al que apostaron los ucranianos.
Además, la diferencia competitiva y de Elo entre Domínguez-Ponomariov e Ivanchuk-Bruzón, es apenas perceptible comparada con la de Eljanov-Quesada y Kryvoruchko-González. Otro dato de interés: Leinier, Lázaro y Yuniesky reúnen seis triunfos sin reveses; pero Isam y Yuri compilan cuatro tropiezos y ninguna sonrisa.
El mayor performance del evento lo registra Quesada (2856), pues le ganó a un competidor con más de 2700 puntos Elo y empató con otros dos. Solo uno de sus contrincantes salió a la arena con un coeficiente inferior al del villaclareño, y en total amasa tres sonrisas y tres igualadas. En resumen: no la ha tenido nada fácil y aun así es el más destacado en Tsaghkadzor.
Leinier sigue invicto, amén de haber topado con tres ajedrecistas que lo superaban en Elo y con otros dos de números similares. Bruzón ha visto a dos adversarios de 2700, a tres con más de 2600 y a solo uno por debajo de los 2500. A favor de Yuri vale destacar que siempre ha chocado con exponentes de cifras superiores a los 2600. El contrario «más asequible» que tuvo le sacaba 94 unidades de diferencia.
En la jornada, China venció a Israel; Estados Unidos a Egipto; Rusia a la India; y Armenia empató con Hungría. Ucranianos y chinos mandan con diez rayas, israelitas y cubanos tienen siete, los rusos guardan seis quilos, mientras indios, armenios y húngaros poseen cinco unidades. Los norteamericanos han arañado cuatro tantos y los egipcios siguen modelando como sacos de boxeo (1 punto).
Este domingo enfrentamos a India, el lunes a China y el martes a Estados Unidos. Gran parte de nuestras posibilidades para subir al podio depende de que estrujemos a indios y norteamericanos, y que aguantemos como toros en rodeo frente a los favoritos chinos. Para eso habrá que ajustar la cuarta pata de la mesa, o al menos quitarle un poco de comején.