Eugenio George junto a la nueva generación de voleibolistas. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:46 pm
Todos los cubanos amantes del deporte, absolutamente todos los seguidores del voleibol en esta caribeña Isla, tienen que sentirse privilegiados por ser testigos de actuaciones extraordinarias. Y muchas de ellas llevan la impronta del profesor Eugenio George, recientemente reconocido con el Cordón de Oro, distinción que por segunda ocasión otorga la Federación Internacional a una personalidad relevante de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe (Norceca).
Pero el profe Eugenio prefiere, con la incalculable modestia que lo caracteriza, pensar que este es un premio merecido por muchísimos otros entrenadores y especialistas, quienes han puesto sus conocimientos al servicio de lo que el mundo conoce como la escuela cubana de voleibol.
Sus cuatro medallas olímpicas como entrenador —tres de ellas aureas— sostienen merecidamente su designación como el Mejor Entrenador del mundo durante el pasado siglo. «Pero mi medalla más grande fue la formación integral de varias generaciones de voleibolistas, y lo que ellas aportaron a la sociedad, al deporte, y por qué no, a la formación de la cultura cubana», dijo este jueves durante un emocionante homenaje recibido en la Escuela Nacional de Voleibol.
Allí, varios de quienes lo han acompañado en la esmerada tarea formativa resumieron una extraordinaria trayectoria, discípulas como Ana Ibis Díaz y Mireya Luis se encargaron de las anécdotas y alguna que otra lágrima, y las nuevas generaciones recibieron el mejor de los consejos de un hombre que ha dedicado toda su vida al voleibol: «Esfuércense todos los días por ser mejores jugadores, pero sobre todo, mejores personas».