Quedar fuera del podio en un torneo de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de voleibol masculino, supondría en otros tiempos un verdadero desastre para una selección cubana. Pero en las actuales circunstancias, la inclusión de nuestro renovado elenco entre los cuatro mejores equipos del certamen que se disputa en la ciudad canadiense de Langley, me dejó satisfecho, pero con ganas de más.
Esta ambivalencia puede parecer conformista, pero ni aun así cambiaría mi precepción sobre el desempeño de una escuadra, en la que la máxima responsabilidad en la recepción y gran parte del ataque recae en jugadores que apenas acaban de salir de las filas juveniles. Otro tanto ocurre con los armadores.
Sin embargo, eso no fue impedimento para que se ganaran el derecho de pelear ante los anfitriones el pase a la final, en un duelo que al cierre de esta edición prometía grandes emociones. Y lo hicieron protagonizando una remontada frente al elenco de República Dominicana, que les puso contra las cuerdas y se quedó sin físico para rematar la faena.
Los ahora dirigidos por Rodolfo Sánchez arrancaron con buen pie gracias a un favorable 25-21, pero perdieron en las dos siguientes mangas, que cedieron por 21-25 y 23-25. La reacción fue notable en el cuarto tramo, y el amplio 25-16 aportó el suficiente oxígeno para soportar la dura lucha en el tie break para dominarlo por 15-12.
Con este tercer triunfo sucesivo se abrieron definitivamente las puertas de las semifinales, fase a la que también accedió el equipo de Puerto Rico luego de someter a su similar de México en sets corridos, con marcadores de 25-17, 25-17, 25-22. En esta instancia, a los boricuas les tocó enfrentar a los estadounidenses, favoritos para escalar a lo más alto del podio y llevarse a casa los únicos boletos disponibles para representar a la región en la Copa de Grandes Campeones, que se disputará en Japón durante el próximo mes de noviembre.