El jóven Pedro Pablo Pichardo es dueño de la mejor marca en el triple salto de la temporada, con 18.06 metros. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:35 pm
Estaba consciente de que de sus piernas dependía la suerte de Cuba toda, que con un buen brinco catapultaría a este archipiélago más arriba en el medallero general, que lo seguían millones de personas con la esperanza y el corazón puestos en cada intento. Pedro Pablo Pichardo no creyó en su juventud, ni en su inexperiencia, tampoco en la presencia de varios monstruos del triple salto durante la novena y última fecha del XIV Campeonato Mundial de Atletismo. Moscú le reservó el segundo lugar después de una batalla épica que dejó al mayor archipiélago antillano cerrar en el escaño 23.
Nuestro muchachito le plantó cara al estelar galo Teddy Tamgho, y solo cedió el liderato a la altura del cuarto intento, cuando su 17,68 definitivo era igualado por el francés, quien después de asustar con par de colosales fouls voló cuatro centímetros por encima de los 18 metros y dictó sentencia.
La mítica barrera solo había sido burlada por otros dos hombres en la historia: el británico Jonathan (18,29-18,01 y 18,00) y el estadounidense Kenny Harrison (18,09).
Precisamente bajo la firma de Edwards descansa el tope universal, logrado en Gotemburg 1995. ¿Podrá el francés con semejante barbaridad? Lo cierto es que hasta ahora es el único mortal que muestra fuerzas para intentarlo, incluso a pesar de su prologada ausencia de la arena internacional debido a una grave lesión.
El norteamericano Will Claye (17,52) asió la presea de bronce.
Mientras, en los 800 metros planos sorprendió la keniana Eunice Jepkoech Sum, con crono de 1.57,38 minutos, relegando a la favorita anfitriona Mariya Savinova (1.57,80) y a la norteña Brenda Martínez (1.57,91).
En tanto, la chiquitica y explosiva jamaicana Shelly Ann Frasser logró el triplete (100-200-4x100) al cerrar el relevo corto para mujeres y ceñirse la corona con nueva plusmarca para el certamen (41,29 segundos). Francia entró detrás (42,73), y Estados Unidos defraudó con el tercer puesto (42,75).
La proeza fue calcada por la cuarteta masculina, que también, apoyada en la potencia del fenómeno Usain Bolt, triunfó al parar los relojes en 37,36 segundos. No hubo casualidad. Los norteamericanos terminaron con la plata (37,66) y Canadá (37,92) ocupó el tercer cojín.
Jabalina en mano sonrió la alemana Christina Obergföll (69,05 metros). Kimberley Mickle (66,60) y la rusa Maria Abakumova (65,09) negociaron plata y bronce, respectivamente.
Corriendo un kilómetro y medio el keniano Asbel Kiprop (3.36,28) obtuvo el cetro, mientras Matthew Centrowitz (3.36,78), de Estados Unidos, y el sudafricano Johan Cronje (3.36,83) completaban el podio.
La tabla de medallas vio comandar a Rusia por primera vez, merced a siete metales dorados, cuatro plateados y seis bronceados. Estados Unidos no pudo conseguir su decimotercer mandato, y concluyó segundo (6-13-6), en una jornada en la que Jamaica los vapuleó a través de sus dos relevos cortos, impidiéndole así alcanzar un cetro que los impulsara al primer puesto del medallero. Precisamente los reggae boys terminaron terceros (6-2-1).
Por puntos descollaron los norteamericanos (281), escoltados por rusos (182) y kenianos (139).