Pedro Pablo Pichardo. Autor: Cortesía de Producciones de la 5ta. Avenida Publicado: 21/09/2017 | 05:38 pm
Amaneció hoy la última jornada del XIV Campeonato Mundial de Atletismo, y al tremendo notición que supuso el ascenso de Jamaica al tercer escaño del medallero general, se unía la amarga posibilidad de que Cuba firmase su más discreta actuación en la historia de las justas universales, a no ser que...
En las piernas de Pedro Pablo Pichardo estaban los corazones de millones de cubanos, la esperanza mezclada con un «¡aprieta, muchacho!», nervios hechos añicos. Si alguna disciplina podía salvarnos era el triple salto… no en balde alardea con la mayor cantidad de preseas en citas planetarias (diez repartidas a partes iguales entre mujeres y hombres), y el número más alto de finalistas (15 muchachos y nueve féminas).
Entonces, mientras celebramos con la victoria, o sufrimos tras la derrota —según el resultado de esta mañana—, les contaré, amparado en los numeritos del estadístico Benigno, «el Mago», Daquinta, que nuestro peor desempeño en la historia de los mundiales de atletismo acaeció durante el segundo capítulo, celebrado en Roma 1987, ya que Italia nos reservó el puesto 24 del medallero general, merced a dos metales bronceados.
En la noche de este sábado, a solo un pestañazo del epílogo, la cita moscovita nos acomodaba en el asiento 30. No hay más que hablar. Solo la firma de Pichardo en un espacio del podio podía salvarnos.
El segundo relato más triste de nuestras páginas tuvo en Tokio 1991 su escenario. Allí, entre katanas y samuráis, asimos el lugar 17, con un par de subtítulos.
Dos décadas transcurrieron para que encalláramos en Daegu, guardando una plata y tres bronces en el cojín 18.
Por puntos anclábamos decimoquintos en Rusia 2013 antes del domingo (25 puntos). A saber, Helsinki 1983 nos dejó con solo 11 unidades, válidas para concluir en el peldaño 22. Nuestra segunda peor comparecencia fue en París 2003, cuando 32 rayitas confabularon con el puesto 18.
No obstante, hay un dato que pocos conocen: Cuba es uno de los siete países que ha logrado medallas en los 14 Campeonatos Mundiales, un selecto pelotón compuesto además por Estados Unidos, Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Jamaica y España.
Bolt contra la historia
Se llama Carl Lewis y «abusa» con ocho coronas universales, una plata y un bronce. El hombre con más gloria a este nivel. Empero, su récord pende de un hilo. Ya conocen quién lo acecha, un marciano con nacionalidad jamaicana nombrado Usain Bolt, dueño de siete aureolas y dos subtítulos, el ¿mortal? más rápido sobre la faz de la Tierra —tal vez allá «afuera» sea común, mas aquí no hay quien lo alcance—. Veintiseis años y mucho camino por rodar auguran esa nueva proeza.
Hace unas horas tocó la gloria en los 200 metros planos, trotando, jugando con el tiempo y sus contrarios, tirando por el suelo esa loca teoría de que los humanos tenemos límites. Marcó 19,66 segundos, como quien toma helado y mira la tele. Detrás entró su paisano Warren Weir (19,79) y el norteamericano Curtis Mitchell (20,04).
Hoy a las 10:40 de la mañana podría conseguir su octavo cetro (4x100), igualando a los estadounidenses Michael Jonson y Allyson Felix. Aún quiere más.
América Latina descolló también con la estela de la colombiana Caterine Ibarguen, coronada en el triple salto, y el trinitario Jehue Gordon, campeón en los 400 metros con vallas.
En tanto, la jabalina brilló desde el brazo del checo Vítezslav Veselý (87,17 metros), seguido del finés Tero Pitkämäki (87,07) y del local Dmitri Taraban (86,23).
Sin embargo, lo más emocionante del sábado tuvo firma rusa, pues el relevo 4x400 femenino de casa doblegó fantásticamente a la cuarteta de Estados Unidos, con crono de 3.20,19 minutos. Las hasta entonces monarcas defensoras hicieron un 3.20,41, y las británicas entraron terceras con 3.22,61.
La norteña Brianna Rollins ratificó su fuerza al estampar 12,44 segundos en los 100 metros con vallas, dejando la plata para la australiana Sally Pearson (12,50), vigente soberana olímpica y reina mundial en Daegu 2011. Tiffany Porter se colgó el bronce (12,55).
Flotando cinco kilómetros triunfó la etiope Meseret Dejar (14.50,19). Mercy Cherono, de Kenia, concluyó segunda (14.51,22) y Almaz Ayana (14.51,33), también de Kenia, negoció el tercer lugar.
En el salto de altura Svetlana Shkolina (2,03 metros) acaparó titulares, y la estadounidense Brigetta Barrett (2,00) asió el segundo cojín. La española Ruth Beitia (1,97) cerró el trío de honor.
A primera hora Stephen Kiprotich (2.09,51) ganó la maratón y le obsequió a Uganda su primera presea del certamen.
El medallero fue asaltado en la penúltima fecha por los anfitriones. Ahora suman siete oros, tres platas y cinco bronces. Estados Unidos —líder en 12 oportunidades— va detrás (6-11-3), mientras Jamaica escaló al tercer lugar (4-2-1).