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Villa Clara sacó chispas en el último capítulo, pero el incendio no alcanzó. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 05:34 pm

Ratificando la mano blanda del pitcheo relevista en la LII Serie Nacional, los dos compromisos vespertinos de este martes tuvieron en su segunda mitad un verdadero incendio, con alivio de última hora para los apagafuegos de Industriales, pero quemaduras graves, más bien mortales, en el pellejo de los bomberos pinareños.

Fueron compromisos con matices totalmente diferentes de cabo a rabo, pues los azules de la capital y las naranjas villaclareñas se jugaban una mejora en sus respectivos puestos de la tabla general, mientras los muchachos de Vueltabajo poco tenían que hacer frente a unos pineros también hospedados en el sótano de la casa.

Sin embargo, hubo un claro denominador común, una especie de Deja Vu que nos acompaña hace mucho: otra vez los capítulos finales fungieron como espacios de tortura para los lanzadores y toda una pachanga para quienes llevan los bates.

Primero iré al grano. Más del 60 por ciento de las anotaciones prendieron su mecha del sexto inning en adelante. La diferencia de estas dos películas radicó en que los cítricos del Centro montaron en cólera durante la mismísima novena entrada —cuando el choque estaba 7-1 a favor de los habaneros— mas no les alcanzó la gasolina, y los isleños sacaron chispas en la octava manga —perdiendo 5 a 4— para sacar la mejor parte y sumarle lastre adicional a unos pativerdes «casi» —siendo benévolo— eliminados.

Así, los discípulos de Lázaro Vargas redondearon el definitivo 7-5, apoyados en la encomiable labor del abridor Ariel Miranda, comandante de una firme nave durante siete entradas en las que solo permitió dos inatrapables. Freddy Asiel Álvarez firmó la libreta de derrotados al consentir cuatro anotaciones en el segundo episodio.

Industriales utilizó a cuatro relevistas entre el octavo y el noveno inning —tres en el último— y casi coge candela al ver a cuatro locales hacerles la cruz. Por suerte para ellos todo quedó en el intento. En total, los dos conjuntos emplearon siete apagafuegos después del quinto.

En la otra llamarada vespertina Isla de la Juventud aventajó 7-6 a Pinar del Río. Los descendientes del legendario Vegueros colocaron a un trío de ¿salvadores? a partir del sexto capítulo y ahí mismo se armó el alboroto, aunque ya antes habían permitido tres «porrazos» en el inicio.

Ya ven, este campeonato es un cachumbambé, pero ya lo dijo quien lo dijo: la suerte es loca y a cualquiera le toca… sobre todo con semejantes bomberos.

Resultados del martes