El Barcelona desatendió cualquier signo de desconfianza y su técnico Josep Guardiola apostó por una alineación sumamente competitiva. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:14 pm
Moribundo después de la derrota del fin de semana que le puso contra las cuerdas en la Liga Española, llegó el Barcelona a tierras alemanas. Y de allí salió resucitado gracias a una sinfonía no tan coral como de costumbre, pero suficiente como para someter por 3-1 al Bayern de Leverkusen en el partido de ida correspondiente a los octavos de final de la Liga de Campeones.
Como respuesta al último golpe reaccionó Guardiola con movimientos en su esquema habitual. Armados de mucha paciencia, tal vez como evitando cualquier indeseado desliz, hizo lo que mejor sabe: dominar el balón, crear espacios, y repartir estocadas por donde menos las espera el enemigo.
De esto último se encargó dos veces Alexis Sánchez. No tendrá el chileno la gracia de Xavi —esta vez suplente—, o la genialidad de Messi, pero tiene una innata habilidad para encontrar redes.
Entre una y otra diana descontó el local por intermedio de Kadlec, y a pesar de su inferior despliegue, puso alguna que otra vez a sudar a Víctor Valdés. Incluso fueron capaces los alemanes de quitarle la pintura a un poste con un disparo de Castro.
Pero le faltaba la guinda al pastel, y la obra maestra fue totalmente de Messi, quien descargó un pase al espacio para la subida de Alves y este esperó lo necesario para que el argentino llegara al segundo palo y rematara por debajo de la defensa.
Con ese resultado lejos de casa, el Barça casi asegura su desembarco en los cuartos de final, pues solo un desastre en el Camp Nou los regresaría al calvario de la Liga.
En el otro partido de la jornada, el Olympique de Lyon se impuso por 1-0 en sus predios al APOEL chipriota, gracias a la diana Alexandre Lacazette.