El fútbol está subiendo escaños en el gusto de los cubanos. Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 05:15 pm
«El fútbol es la más universal de las pasiones, después del amor». Eduardo Galeano
Comenzó la Serie Nacional de pelota, indiscutiblemente el mayor evento sociocultural de nuestro país. Pero, ahora lo que más se juega en las calles, parques, solares y hasta en el mismísimo parqueo del Latino, es fútbol.
Esa inmensa popularidad de que goza el más universal de los deportes en todo nuestro archipiélago es el mejor de los regalos para festejar el primer siglo de fútbol en Cuba.
La fecha quedó oficialmente reconocida por un partido celebrado el 11 de diciembre de 1911 entre los conjuntos Hatuey (formado por cubanos y españoles) y el Roberts (integrado por jugadores de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales) en los terrenos de Palatino, en el Cerro. Y no comenzamos muy mal, pues los visitantes ganaron con apretado marcador de un gol a cero.
Desde entonces desandamos por un camino donde nos han gambeteado bastante. Sin embargo, a pesar de que no hemos tenido éxitos importantes como en otros deportes colectivos, cito al preparador físico Fernando Signorini, una de las voces más autorizadas del mundo futbolístico, cuando lo entrevisté el pasado año:
«Recuerdo haber quedado gratamente sorprendido por el nivel de algunos jugadores de la selección cubana. Pero, ¿por qué crees que el béisbol en Argentina es de tan baja calidad?
«Ante todo, el deporte tiene razones socioculturales que son determinantes a la hora de buscar las causas de su desarrollo. La gran mayoría de los argentinos somos portadores del “virus” del fútbol desde nuestra más tierna infancia; la “patología” se transmite de generación en generación sin solución de continuidad. Jugarlo es casi un signo de identidad. Pero en esta atroz época del capitalismo salvaje y de consumo, es uno de los argumentos más propicios para “salir del sórdido barrial buscando el cielo”, como dice el tango. Creo que el deporte profesional es hoy un poderoso medio de dominación de las masas.
«Hago votos para que en Cuba siga primando la idea de la práctica deportiva como una de las mejores excusas para ser feliz».