Panamá pobló el mediocampo, tapó la salida cubana por los costados y construyó una muralla en el fondo. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:07 pm
El triunfo por 2-0 de la selección panameña en La Habana fue inobjetable. Más allá de su coherente despliegue, los canaleros supieron aprovechar los errores tácticos y mentales de un rival que tuvo en la desconcentración su pecado capital.
Que el equipo cubano hace aguas bajo los tres palos, es una verdad del tamaño de un templo. Ni la amplia experiencia de Odelín Molina escapa de tal certeza, pues con su espantosa salida abrió literalmente el arco para el gol anotado en el minuto 38 por Luis Rentería.
Lo mostrado por ambos elencos merecía una primera mitad en equilibrio. También debió bajar el primer telón con todos sobre el pasto, pero Alain Cervantes se pasó de revoluciones a segundos del pitazo intermedio, y fue enviado a los vestuarios. Al menos así lo interpretó el árbitro guatemalteco David España, quien poco antes había obligado al técnico cubano Raúl González Triana a dar sus instrucciones desde el graderío.
Todo transcurría sin dominios pronunciados, pero con la sensación de que el técnico panameño, Julio César Dely Valdés, había estudiado la derrota encajada el pasado octubre, y sacado sabias conclusiones. Aunque la llegada de sus «legionarios» le facilitó las cosas.
Sus pupilos siempre impusieron el ritmo. Además, poblaron el mediocampo, taparon la salida cubana por los costados, y construyeron una muralla en el fondo, aprovechando el poderío físico de Baloy, Román Torres y Luis Henríquez.
No obstante, le costó a los canaleros la capitalización de su superioridad numérica. Esta no se hizo efectiva hasta la bonita combinación que encendió el potente e inatajable «misil» disparado por el suplente Alberto Quintero a ocho minutos del final.
La otra moraleja de esta historia viene de los 180 minutos sin goles frente a «enemigos» con cierto nivel, aunque en 45 de ellos se haya tenido que remar a contracorriente. En un remate de Dranguet al larguero desde la distancia y dos tiros libres de Jaine Colomé espectacularmente salvados por Jaime Penedo, puede resumirse el tibio ataque cubano, que también fue incapaz de exprimir un grosero error del arquero panameño.
De todo esto habrá que sacar conclusiones y corregir el tiro. Dos derrotas en menos de una semana dejan claro que, a tres meses de la Copa de Oro, el camino no es precisamente plano.
La vida en un triunfo
Solo la victoria hoy frente a Trinidad y Tobago aportaría tranquilidad a la selección sub 20 cubana, que debutó con un adverso 0-3 ente el favorito México en el grupo D del torneo Premundial de la categoría, con sede en Guatemala.
Las dianas de Alan Pulido y Ulises Dávila, junto al autogol de Renay Malblanche, pusieron en aprietos a los cubanos, dirigidos por Alexander González. Un empate esta tarde nos pondría a merced del resultado entre mexicanos y trinitarios, el próximo viernes.
Solo los dos primeros lugares de cada llave avanzarán a los cuartos de final en este torneo, que define a los cuatro representantes de CONCACAF en el próximo Mundial de la categoría.
Grandes miran la Eurocopa
Con sus respectivos triunfos de este miércoles, las selecciones de España y Holanda, finalistas del pasado Mundial, están prácticamente clasificadas para la Eurocopa que se disputará el próximo año.
Los españoles, vigentes monarcas del Mundo y Europa, se impusieron por 3-1 en el cuestionable y polémico césped de Lituania. Mientras, en un emocionante partido, los holandeses batieron por 5-3 a Hungría en Ámsterdam.
También se disputaron otros partidos amistosos en Europa. Entre ellos sonaron los triunfos de Italia sobre Ucrania (2-0), Portugal frente a Finlandia (2-0), Australia ante Alemania (2-1), y Uruguay sobre Irlanda (3-2). Además, hubo empates entre Inglaterra-Ghana (1-1) y Francia-Croacia (0-0).
De este lado del Atlántico, Paraguay superó 1-0 a Estados Unidos en Tennesse, con gol de Oscar «Tacuara» Cardozo. Además, Jamaica batió 3-2 como visitante a El Salvador, Chile superó 2-0 a Colombia en Barranquilla, y Argentina igualó sin goles con Costa Rica en el nuevo estadio de San José.
Allí, el astro Lionel Messi salió a la cancha para saludar al público, pero se perdió el partido a causa de una lesión.