El manager santiaguero, Eddy Cajigal, no escatima consejos para su joven equipo. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
Santiago de Cuba dio primero en la fase final del béisbol juvenil, iniciada este martes en San José de las Lajas. El equipo indómito venció cerradamente a La Habana, tres carreras por dos, en un bonito juego que duró tres horas y enseñó rápido las fortalezas y debilidades de esta categoría.
Los santiagueros marcaron sus tres carreras en un pestañazo, pues los dos primeros bateadores del juego pegaron sencillos y enseguida fueron remolcados por jonronazo del corpulento Gelkis Jiménez. Después se compuso el abridor habanero Rogelio Quesada y trabajó sin muchas complicaciones hasta el sexto episodio, cuando llegó al límite de cien lanzamientos y fue sustituido por Marcos Barrios.
Mientras, la escuadra anfitriona chocó con el derecho Davier Ribeaux, quien aguantó hasta el séptimo capítulo y permitió solo dos carreras sucias en el segundo. De preservar la victoria se encargó Virgilio Moroso, aunque necesitó la ayuda del jardinero central Carlos Castellanos, cuyo tiro a home frustró el empate en la última jugada del partido.
Hoy Santiago se medirá con Villa Clara, el otro contendiente en esta fase decisiva. El viernes habrá una semifinal entre segundo y tercero, y el ganador chocará después por el título contra el primer clasificado.
Salta a la vista que los muchachos tienen talento, aunque algunos lucieron muy presionados, incluso con el estadio medio vacío. Sencillamente, les falta juego y arrastran una pausa demasiado larga desde que se detuvo la fase clasificatoria.
Pero hay cosas que los trascienden. Por ejemplo, vimos pocas variantes en un juego tan cerrado.
Cuando el pitcher contrario se presenta dominante, no hay que sentarse a esperar un milagro, sino atacarlo, moverlo como sea. La sorpresa siempre vale la pena, aunque implique tomar riesgos.
Desde adentro
Eddy Cajigal, ex camarero de los equipos santiagueros en series nacionales, dirige a los juveniles indómitos desde hace cuatro años. En la pasada campaña se llevó el título, pero desde entonces le subieron la parada.
«Este equipo se renovó en un 80 por ciento, con relación al que ganó el campeonato el año pasado. Fue un gran reto llegar hasta aquí», confiesa.
Entre las principales figuras del conjunto señala al jonronero Gelkis Jiménez, quien estuvo trabajando con Pacheco y Kindelán en la preselección de primera categoría. También habla muy bien del antesalista José Silveira, el primera base Norberto Castellanos y el lanzador Osmeni Romero, cuyo nombre nos remite enseguida al de su padre.
Sin embargo, a Cajigal le preocupa lo que pasa con estos muchachos cuando salen de la categoría juvenil y no encuentran ubicación inmediata en la Serie Nacional. «Necesitamos la Liga de Desarrollo», dice.
Igualmente, reconoce que los juveniles precisan una mayor cantidad de juegos para pulir sus deficiencias. «Cuando no hay torneos, los muchachos se centran en sus clases y pierden un poco la motivación por el entrenamiento».
La base del equipo santiaguero pertenece a la capital provincial, pero ello no es algo casual. «En los municipios hay muy pocos recursos y los talentos demoran en desarrollarse. También cuesta trabajo desplazarse para ver a esos muchachos», explica.
En fin, la base del béisbol cubano necesita oxígeno. Todo el mundo lo sabe, pero no está de más escribirlo nuevamente en blanco y negro.