Esta noche volverán a verse las caras Villa Clara e Industriales. Autor: Pedro Mora Estrada Publicado: 21/09/2017 | 04:55 pm
Después de un quinto juego que disparó la adrenalina de todos los cubanos, esta noche volverán a verse las caras Villa Clara e Industriales. Sin embargo, ahora el panorama es diferente, pues los naranjas llegan con ventaja numérica y psicológica a su estadio Sandino, donde quieren coronarse tras una larga espera de 15 años.
Todavía se comenta la famosa jugada del out no cantado sobre Malleta en segunda base. Esta vez, al menos en los buzones de Juventud Rebelde, el debate sobrepasó con creces a las polémicas suscitadas en los play off anteriores.
Curiosamente, los aficionados villaclareños que tanto me fustigaron por criticar sin tapujos al árbitro de segunda base en el primer juego de la semifinal oriental, ahora piden que arremetamos contra los «ampayas» por lo sucedido el domingo en el Latino.
Mi pensamiento es el mismo: el arbitraje debe superarse con urgencia, porque los errores han sido demasiados y eso no puede permitirse. La protesta de Villa Clara fue justa, pero al final los jugadores terminaron excediéndose.
Todo el mundo sabe que las decisiones de apreciación son irrevocables y el reglamento prohíbe acudir al video para resolver un conflicto de este tipo. Además, tengamos en cuenta que la dichosa jugada todavía no le daba ni siquiera el empate a Industriales y era una situación que Freddy Asiel podía resolver, como hizo a la postre.
Vimos jugadores tan fuera de sí, que casi fue necesario sacarlos a la fuerza del terreno. Ramón Lunar se hizo expulsar por gusto y a Leonys Martín sus propios compañeros tuvieron que llamarlo a capítulo.
En todos estos episodios, incluidos los ocurridos en Sancti Spíritus, subyace el mismo mal de fondo: demasiada bravuconería y poco sentido común. Es triste admitirlo, pero en otras ligas del mundo se protesta menos, algo que ya hemos dicho muchas veces.
Sobre este tema gravitan muchas causas que debemos analizar profundamente. Pero una de ellas es que los managers no tienen control sobre sus jugadores. La autoridad formal es una cosa y el liderazgo es otra bien distinta.
Ya sobre el terreno, el juego del domingo nos dejó otras tristes sensaciones. Por ejemplo, siguen los caminos trillados a la hora de manejar el pitcheo —¿hasta cuándo soportaremos a ultranza la teoría del zurdo contra el zurdo?— y el toque de sacrificio parece la única variante estratégica para casos de emergencia.
En fin, a pesar de todo hemos visto una final de alto voltaje y esta noche esperamos lo mismo en el Sandino. Se espera un duelo de zurdos entre Ian Rendón y Robelio Carrillo. No obstante, por Industriales puede trabajar también Arleys Sánchez, quien el sábado solo tiró 70 lanzamientos.
Mi favorito ya lo di hace unos días y de momento se va cumpliendo ese pronóstico. ¿Cómo le fue a usted?