Los naranjas vencieron a los habaneros cuatro carreras por tres en extrainnings
Después de vivir un melodrama sobre el diamante que terminó en extrainnings, Villa Clara venció anoche a La Habana, cuatro carreras por tres, y resurgió de sus cenizas en la gran final beisbolera.
Yulieski González lanzó el juego de su vida —cubrió casi toda la ruta con 12 ponches— y enterró los fantasmas, si es que quedaba alguno, sobre la supuesta debilidad del pitcheo habanero en los partidos decisivos. Solo una pifia increíble de Ernesto Molinet, con dos outs y bases limpias en el noveno, le impidió al zurdo de Alquízar completar su faena.
Tras el error, por ley del béisbol, vino el hit de Yulexis la Rosa y la salida de Yulieski González. Ahí entró el cerrador José Ángel García y permitió el sencillo del emergente Dian Toscano que empató el juego. Parecía inminente el final con el boleto a Yuniet Flores, pero Leonys Martín falló en machucón a manos del pitcher.
Sin embargo, el propio Leonys pasó de villano a héroe en el capítulo siguiente, pues atrapó un roletazo de Orta con las bases llenas que amenazaba con convertirse en hit. Era demasiado para un solo corazón y en la parte baja del décimo llegó por fin el final: cohete de Aledmis, boletos intencionales a Zamora y Borrero, y cañonazo de Lunar.
Fue un choque caliente, quizá el mejor de esta final, y se lo perdieron muchos aficionados que decidieron tirar la toalla. Los vacíos en las gradas del Sandino me recordaron aquellos amores rotos sin explicación aparente, como si la vida fuera realmente una telenovela.
Pero la tropa naranja puso al mal tiempo buena cara, y salió dispuesta a todo. Esa actitud temeraria le permitió al abridor Freddy Asiel Álvarez esquivar la emboscada del primer capítulo, cuando dominó a Juan Carlos Linares con las bases llenas y dio un cero importante.
Villa Clara contraatacó rápido y anotó en el primer episodio sin batear de hit. Todo el mérito fue para Leonys Martín, quien recibió boleto, robó segunda, salió para tercera con un tiro del pitcher a primera base, y anotó por error del inicialista Zulueta, tratando de prenderlo en la propia jugada.
En el tercero Freddy Asiel se escapó de otro incendio y de nuevo Juan Carlos Linares dejó a tres compañeros en circulación. Pero tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe, y en el quinto naufragó el derecho de Villa Clara.
Su calvario comenzó con el cohete de Ruby Silva, aunque las cosas se pusieron feas tras el segundo pelotazo a Molinet. Enseguida hubo gestos, palabrotas, «guapería», y el joven serpentinero perdió la concentración. Siempre he sido un defensor del pitcheo pegado, aunque en este caso el manager villaclareño debió prever las consecuencias.
Después del altercado vinieron hits consecutivos de Michel Rodríguez —empujó a Silva— y Juan Carlos Linares, suficientes para explotar a Freddy Asiel. Pero Eduardo Martín se aferró al «librito» del zurdo contra el zurdo, y el relevista Carrillo le dio boleto a Zulueta con el bote repleto. Entonces fue llamado Alaín Sánchez y este dominó a Danger Guerrero.
La Habana marcó otra raya en el sexto, cuando Silva abrió con sencillo, robó segunda y llegó a tercera por error del receptor en tiro a la intermedia. Luego pisó la goma impulsado por el hit de Molinet, un lance que debió atrapar Aledmis Díaz.
Por cierto, Aledmis fue colocado en tercera durante este choque, en tanto Denis García cubrió el campo corto y Leonys Martín se mantuvo en segunda base. El «enroque» resultó polémico, pero al menos hubo otro intento por «darle agua al dominó».
Villa Clara se pegó en el sexto por triple del propio Aledmis y cañonazo de Zamora. Luego, La Habana desperdició un gran chance en el octavo, cuando Orta le pegó hit al relevista Yolexis Ulacia y Ruby Silva fue enfriado en la goma. Nadie podía imaginarse que esa jugada después pesaría un mundo.
En fin, esta noche tendremos el quinto juego y veremos cómo reaccionan ambos equipos. Ahora ya no hay pronósticos, pues la final se volvió loca.
Por último, agradezco a todos los lectores que se interesaron por la salud de mi hija Elena. Ella sigue hospitalizada, pero estamos ganando la pelea.