JR les propone un acercamiento a la actualidad de esa disciplina en Cuba, lejos de los trajes de último modelo y otras polémicas recientes a nivel internacional
Desde hace un tiempo he escuchado varios comentarios sobre las pobres actuaciones de los nadadores cubanos en eventos de nivel mundial. La mayoría justifica esta realidad con la pérdida de muchas piscinas en los últimos 20 años, situación que imposibilita el desarrollo de la disciplina.
Sin embargo, el comisionado nacional de natación, Rodolfo Falcón, quien fuera subcampeón olímpico de los cien metros espalda, opina que las piscinas influyen en el desarrollo de los deportistas, pero no son determinantes. Para él, lo más importante no es la cantidad de albercas que funcionen, sino el nivel de explotación a que sean sometidas.
La natación proporciona un total de 34 títulos en cada edición de los Juegos Olímpicos, solo superada por el atletismo. ¿Se imaginan que ganáramos algunos de ellos? En otros eventos multideportivos, como los Juegos Centroamericanos y Panamericanos, el número de pruebas crece.
Sin embargo, en el último ciclo olímpico (2004-2008), los nadadores cubanos lograron una medalla de bronce en los Juegos Centrocaribeños de Cartagena de Indias, Colombia... y nada más.
«Después del año 2000, Cuba quedó prácticamente sin nadadores de primer nivel tras el retiro de un grupo bien grande de atletas. En el ciclo 2000-2004, teníamos solo a Marcos Hernández, Imaday Núñez, Antonio Hernández y Neisser Bent. Después de 2004, nos quedaron Antonio e Imaday», recuerda Luisa María Mojarrieta, jefa técnica de la selección nacional.
«Antonio se retiró en 2006 e Imaday, por problemas de salud, se fue ese mismo año del deporte activo. Entonces la generación que venía detrás no tenía un nivel de primera categoría. Desde ese momento buscamos el camino para retornar al nivel que tuvimos en los años 90», explica.
Pero esa calidad, según la entrenadora, fue fruto de una política que trazó el país para fomentar el desarrollo de este deporte. Aquí se necesitan miles de personas para decantar y obtener unas pocas figuras.
«Estas directrices se perdieron por una serie de malas decisiones de la dirección del INDER en aquel entonces. Sería injusto achacarle toda la culpa al período especial», asegura Falcón.
Para Mojarrieta, las decisiones erróneas comenzaron con la supresión del evento nacional inter-piscinas en 1998. Este certamen, iniciado en 1986, llegó a tener 800 nadadores en todo el país, una iniciativa muy saludable que promovía mayor competitividad en el patio.
«Al terminarse el torneo, aparentemente la natación debía rendir frutos con todos los nadadores que se habían creado. Sin embargo, los muchachos que hoy tenemos en el alto rendimiento son nacidos en su mayoría a partir de 1991. Tenían siete años cuando desaparece el certamen y en la inter-piscina se competía a partir de los ocho, por eso nunca conocieron aquella lid.
«Además, carecieron de otros eventos como la Copa Internacional de Pioneros, y el país estuvo ocho años sin intervenir en campeonatos del Caribe, y cinco fuera del Campeonato Centroamericano y Caribeño de Aficionados a la Natación (CCCAN). Esta situación provocó que muchas de nuestras máximas figuras saltaran etapas y tuvieran su debut internacional en competencias de mayor nivel», comentó la ex nadadora.
Tal fue el caso del granmense Pedro Medel, cuya primera zambullida en la arena internacional sucedió en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en 2007, un torneo donde la presión competitiva es mucho mayor que la de un CCCAN.
«Felizmente, en 2008 fuimos con diez nadadores al torneo del Caribe, en Jamaica, y este año debemos participar en el CCCAN, campeonatos muy importantes si de roce internacional se trata», explicó la jefa de entrenadores.
En los años 80, Cuba llegó a participar en estas competencias con equipos completos en todos los deportes acuáticos.
Sin embargo, se mueve...Según la estructura piramidal con que funciona el deporte cubano, el aporte a la Escuela Nacional de Natación Marcelo Salado viene desde la base. Los muchachos que llegan a este centro de alto rendimiento comienzan sus primeras brazadas en las áreas especiales y de ahí pasan por los diferentes niveles hasta «la Marcelo».
Antes del período especial, esa institución contaba con más de 250 tritones y ondinas. Hoy tiene menos alumnos, pues la matrícula se hace por resultados a partir de los 12 años, y la depresión en la base no reporta los suficientes talentos.
En la opinión de Mojarrieta, la cadena de factores en contra se completa a la hora del entrenamiento de las máximas figuras. «No es lo mismo trabajar con dos o tres nadadores del mismo estilo, que con uno. El que nada en solitario se convierte en “dueño” de la disciplina y no siente la presión de otros de su mismo nivel en los entrenamientos».
Por eso es tan importante masificar nuevamente la práctica de la natación desde la base y garantizar el relevo. Sin embargo, la recuperación paulatina se hace evidente.
«Hace dos años la escuela llegó a contar con solo 57 alumnos. Hoy tenemos cien nadadores y la proyección es aumentar esa cantidad hasta 150. Sería muy bueno, porque no es lo mismo un equipo nacional de 30 nadadores que uno de 12, como sucede hoy.
«El resultado todavía es muy incipiente, pues los verdaderos frutos esperamos recogerlos dentro de unos años con estos niños que hoy nadan en nuestras piscinas», añadió la entrenadora.
Si en 2006 la natación cubana solo alcanzó una medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos de Cartagena de Indias, para la edición del próximo año se esperan al menos tres preseas. Las esperanzas se fundan en los espaldistas Pedro Medel y David Rodríguez, así como la librista Heysi Villarreal.
Pero Villarreal tiene rivales muy fuertes como la venezolana Andreína Pinto, mientras Medel y Rodríguez deberán batir al colombiano Omar Pinzón, lugar 18 en los Juegos Olímpicos de Beijing.
Los pronósticos se basan en que «la Federación de Natación no inventó nada, sino retomó lo que se hacía 20 años atrás. Los metodólogos y los técnicos son los mismos, con un nivel de instrucción muy grande. Y tenemos muchos atletas retirados que contribuyen al desarrollo de nuestro deporte», dijo Mojarrieta.
Ese es el caso de Neisser Bent, Migmarys Calderón, Ernesto Garrido, Antonio Hernández e Imaday Núñez, entre otros. «Los resultados no se van a materializar a corto plazo, pero internamente sabemos que sí están. En el trabajo diario recuperamos todas las cátedras por categorías, con la consiguiente evaluación de las marcas individuales y colectivas al término de cada competencia. Tuvimos un momento en que todo el trabajo de orientación se perdió, y ahora estamos retomándolo paulatinamente», continuó la entrenadora.
En la infraestructura persisten serias deficiencias. «Los muchachos carecen de patas de rana, paletas, tablas, flotadores, poleas de resistencia y otros implementos muy necesarios para obtener resultados, sobre todo en el equipo nacional», acuña la entrenadora principal.
No obstante, algunas áreas especiales se favorecen de un convenio con UNICEF para que los niños aprendan a nadar, y la reciente reparación de las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE) debe contribuir a que se rescate la cantera de talentos desde el próximo curso.
Según explico Mojarieta «las escuelas provinciales se cerraron igualmente en los años 90. Ahora reabrió sus puertas una entidad de este tipo en Pinar del Río, que debe comenzar a brindar prospectos».
En la capital, la ayuda del Gobierno permitió retomar los entrenamientos en las piscinas de la Ciudad Deportiva, Guanabacoa y el reparto Camilo Cienfuegos, en La Habana del Este. «Poco a poco debemos recuperar las piscinas de las áreas especiales. Hay muchos deseos de trabajar. Los que estamos en este mundo tenemos mucho amor por la natación», finalizó la preparadora.