Arrancó la serie y los lectores ya han comenzado a atiborrar esta esquina. Hay un detalle que preocupa a muchos: el bote de la pelota. Les confieso que a mí me gusta la bola viva, pues hace pensar más a los lanzadores. Y no creo que los bateadores se confíen, porque cuando un pitcher está bien las tiene todas consigo, sea con la Mizuno 150 o con la difunta Conexión. ¿Acaso no tuvimos verdaderos «monstruos» de la lomita en la era del bate de aluminio?
Otros correos llegan desde la tierra caliente ponderando las virtudes de Santiago de Cuba, sobre todo después del choque inaugural. Bueno, casi nadie en Cuba discute que ese equipo debe llegar, al menos, hasta la semifinal oriental. Otra cosa sería un fracaso.
Finalmente, algunos la han emprendido contra el manager de Industriales, Rey Vicente Anglada, por sacar rápido a Odrisamer Despaigne y luego traer a un pitcher inexperto para lanzarle al santiaguero Bell con las bases llenas en el primer juego (Santiago de Cuba vs Industriales). Yo apruebo lo primero, pues un relevista debe venir a dar strike. Cuando Norberto González transfirió al primer bateador en la final de la Copa del Mundo contra Estados Unidos, casi todos pedimos a gritos su reemplazo. No se hizo y lo criticamos. Entonces no podemos darle palos ahora al piloto azul por aprender aquella lección.
En cuanto a lo segundo, es pronto para evaluar. Si, en lo adelante, Anglada utiliza regularmente a Ebris Martínez como relevista, entonces habrá que aplaudirlo por ser consecuente desde el principio. Si no, ya tendremos tiempo para llamarle la atención. En fin, esta noche continúa la serie con el siguiente programa: Las Tunas vs. Pinar del Río, Metropolitanos vs. Ciego de Ávila, Matanzas vs. Villa Clara, Camagüey vs. Isla de la Juventud, Holguín vs. Cienfuegos, y Granma vs. Sancti Spíritus, en terreno de los primeros.
¿Cuál es la fórmula?«Entiendo que existen dos factores que han frenado un béisbol de calidad y que abarrotaba nuestros estadios desde horas tempranas de la mañana. En Camagüey, por ejemplo, se jugaba en la categorías 12-13 años, 15-16, juveniles, así como segunda y primera categoría durante todo el año. De tal manera, no se encontraba un terreno donde no estuvieran jugando. Pero en la actualidad hasta los terrenos han ido desapareciendo y la cantera se ha reducido en gran medida. En segundo lugar, hay un número de equipos superior a nuestras posibilidades por habitantes. Veamos: existe un equipo condenado a no ser campeón nunca (Metropolitanos) y fungir como sucursal de otro (Industriales), solo para lograr redondear la cifra de 16. Eso le resta calidad a la competencia. En nuestro país existe un concepto de nacionalidad muy grade y no necesariamente hay que tener un equipo por provincia. Yo recuerdo que muchas de nuestras grandes figuras en Camaguey jugaron con Orientales y para todos los Camagüeyanos ese era nuestro club. Pienso que copiar no es correcto, nuestra serie tuvo una estructura que permitía alcanzar la calidad requerida, donde los peloteros tenían que rendir en cada nivel para llegar a la Serie Nacional, y pasar por esta para competir en el escalón superior: la Selectiva. Esta última competencia era de una calidad superior a todo el béisbol que se juega en la actualidad». (Mario Orestes Ayra Acosta, Capdevila 58, La Viga, Camaguey)... «Nuestra temporada beisbolera necesita un techo, un evento que aglutine a los mejores peloteros, así los serpentineros enfrentarán alineaciones más ofensivas y a su vez los bateadores tendrán en frente a lanzadores de calidad, con mayor frecuencia. En la Serie Nacional son más los tiradores de bajo nivel que los estelares, y estos tienen que cuidarse únicamente de dos o tres bateadores en casi todas las alineaciones. Esta formula obligaría a los atletas a efectuar una mejor preparación física y elevar el nivel técnico-táctico, aspecto en el que hay que trabajar muchísimo. En un torneo de seis equipos mediante un todos contra todos a dos vueltas, cada conjunto celebraría 30 juegos, y habría posibilidad para probar a los jugadores y establecer una línea de pitcheo coherente, con abridores, relevistas intermedios y cerradores. Luego se enfrentarían en play off el primero contra el cuarto y el segundo contra el tercero, los ganadores por el cetro y los perdedores por el bronce (este evento se efectuaría solo en dos meses). Si por la falta de recursos, o de tiempo, es necesario recortar la serie nacional, estoy de acuerdo con que se haga, pues 45 juegos serían buenos para buscar la clasificación, y darle alguna opción a los más jóvenes, que debieran disfrutar además de una Liga de desarrollo, a la par de la nacional, como existió hace algún tiempo, con altas y bajas a las mayores. Los equipos podrían repartirse, por ejemplo, Pinar y La Isla (Occidentales); Industriales, Metros y Habana (Habaneros); Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara (Centrales); Sancti Spíritus y Ciego (¿?); Camaguey, Las Tunas y Holguín (Mineros); Granma, Santiago y Guantánamo (Orientales o Serranos)». (Lázaro Alfonso Díaz Cala, Regla, Ciudad de La Habana).
Urgentes reclamos«Mi nombre es Yosán Prieto Cordovés y resido en la ciudad de los tinajones. Me desempeño como Relacionista Pública del Hotel Puerto Príncipe, Cadena Islazul, y soy fiel seguidora del deporte nacional. Tengo tres asuntos fundamentales que tratar en esta misiva. El primero es una inquietud acerca de la publicación y venta de las Guías Oficiales de las Series de Béisbol. Considero que estos útiles libros que registran el rendimiento de nuestros equipos durante la serie y ofrecen el historial de cada pelotero, deberían, en primer lugar, editarse en mayores cantidades pues comprarlos en las librerías, al menos en mi provincia, es un lujo; y en segundo lugar, que no haya necesidad de esperar de un año a otro, en el mejor de los casos, para leer estadísticas oficiales si estas se van recogiendo periódicamente y al culminar los play-off, ya deben estar casi listas para editarse. Mire, le pongo un ejemplo sencillo: En esta sensacional idea de los Festivales de la Lectura tuve la oportunidad de adquirir la Guía de la Serie 44. La he disfrutado mucho, pero ya pasaron la 45 y la 46 y esos son los resultados que me gustaría tener en la mano antes del inicio de la 47 y sé que es imposible. Estas publicaciones periódicas deberían tener un proceso de edición, impresión y lanzamiento más dinámico. El segundo tema es acerca del acondicionamiento del estadio Cándido González, nuestro patio. Nos duele ver que casi todos los estadios en las cabeceras provinciales han ido mejorando sus condiciones y el nuestro aún está esperando que le llegue su hora. No se motiva a los peloteros con una renovación capital imprescindible a esta área en la que ellos permanecen más tiempo que en casa. En la 46 serie Camagüey llegó a los play-off y ya a punto de comenzar la 47 se pintaron las gradas y se corrió la cerca, pero ¿y lo demás qué? Hay muchos detalles que pulir en este sentido y es mi carta un reclamo de corazón a los tienen en sus manos el poder de decisión y ejecución de esta obra para tomar en serio la devoción de este público que, a pesar de todo, colma el estadio y apoya a su equipo. ¿Por qué no se acolchonan los límites de los jardines? ¿Por qué no se sustituye la pizarra si la que tenemos no nos permite ni leer correctamente los resultados? ¿Por qué no hay venta de souvenirs como en el Latino, si no es solo en la capital donde el béisbol tiene seguidores? Estas y muchas otras interrogantes pululan en la fanaticada agramontina y siempre acabamos diciendo: A lo mejor para el año que viene».