El holandés Kingsale remolcó dos carreras, pero quiso hacer triple su batazo y fue enfriado de Urgellés, a Yulieski, a Michel. Foto: IBAF ¿Cometió suicidio el director de Holanda o le practicó la eutanasia a sus jugadores, para aliviarlos de tanta tensión ante los peloteros cubanos, en la Copa Intercontinental de Taipei de China?
Desde cualquier punto de vista, y a despecho de que la Interpol no haya acudido en su búsqueda, fue un crimen de lesa humanidad el acto riesgoso de entregarle la pelota como relevista a Dave Draijer, un tirador derecho que lanza rotundamente por el lado del brazo.
Le tocaba el turno —en la undécima entrada— a una tanda de tres zurdos: Mayeta, Cepeda y Urgellés, con corredor en primera sin out, cuando la pizarra marcaba un empate de 3-3.
Así, Draijer soportó sencillo, cometió error en su viraje a la intermedia, dio un boleto intencional, y sintió que el cielo asiático se le juntaba con la tierra, al conjuro del triple disparado por el jugador más valioso de la Copa.
OJOS BIEN ABIERTOSDécimo cetro en 13 presentaciones, ocho victorias y un revés en terrenos de Taipei de China, alborozo allá y aquí...
La alegría por el campeonato, la buena faena de muchos veteranos y de varios jóvenes, no deben erguirse en su conjunto como árboles que nos impidan ver el bosque del deporte cubano.
Los hombres de Rey Vicente Anglada despegaron con un éxito de 3-2 sobre el propio Holanda, cuando batearon el doble de hits que sus rivales (10-5), Pestano botó la pelota y Lazo cerró con apuros el juego que Palma le entregó con ventaja.
Después arrollaron 8-1 a Corea del Sur, con jonrón de Urgellés en su despegue hacia el Todos Estrellas, crédito para Montieth en la lomita y una copiosa ofensiva de 13 imparables.
La reaparición del astro Norge Luis Vera fue el inicio de una lechada a cuatro manos, 9-0 sobre Italia, y nueva ofensiva apabullante, 13 hits.
Otra blanqueada, 24-0 sobre Filipinas, diseminó 26 hits sobre el campo, incluidos dos jonrones, y Deinis Suárez, sorpresivamente relevado en el quinto episodio, le cedió los lauros al debutante Vladimir Baños. Al final, una nota amistosa, con los filipinos prodigándose fotos en compañía de sus verdugos.
En duelo de invictos, los criollos quebraron el de Japón, 6-3, cuatro tiradores orientales soportaron entonces 16 cohetes de todas las dimensiones. Ganó Norberto, por delante de tres sustitutos, y Lazo —-días después garantizó el campeonato— nos puso nuevamente los pelos de punta: aceptó doble, triple y sencillo al cerrar el noveno inning.
Al asalto de Australia, bajo la lluvia, Cuba mandó 13-0 en cinco capítulos, tiempo suficiente para sumar 13 inatrapables en respaldo de Yulieski González. Phil Brassington, abridor y derrotado, utilizó solamente lanzamientos de nudillos, y la pésima defensa de sus compañeros aceleró su explosión.
El último tramo del calendario clasificatorio deparó el 4-3 a favor de Taipei de China, para deshacer el escudo criollo. Deinys soportó castigo antes de ser reemplazado, los relevistas chinos trabajaron de perlas, y Cuba no logró ordenar sus diez hits, muchos más que los cuatro del equipo anfitrión.
En la final cruzada, por el desquite, otro apretado marcador favoreció a los antillanos, 5-4. Palma fue removido en un tormentoso octavo inning, aunque una piedrecita china prolongó el tercer out y a la larga se tradujo en dos carreras para los derrotados.
Por el oro, la historia es reciente, Cuba desbancó 6-3 a Holanda. Al Lejano Oriente, el año que viene, se irán de nuevo los cubanos; habrá que prepararse muy bien —en esencia, nuestros peloteros serán los mismos de hoy— para doblegar a unos asiáticos con jugadores de refuerzo, a esos holandeses cada vez más difíciles, y a otros equipos que ahora desistieron de competir.
DEL TRES AL OCHOPor el tercer lugar, Taipei de China venció 4-0 a Japón, por el quinto Australia 3-2 a Italia, y por el séptimo Corea del Sur 5-1 a Filipinas.