¿Se volverán a dar la mano? Fieles a la historia de los duelos por la corona universal del ajedrez, en la cual se registra un sinfín de anécdotas y situaciones curiosas que han trascendido a los tableros (recuerdo particularmente los encontronazos entre Fischer y Spassky), el búlgaro Veselin Topalov y el ruso Vladimir Kramnik han sazonado con una inusual polémica el histórico match que ambos dirimen por estos días en Elista, Rusia.
La controversia la inició Topalov, quien al término de la cuarta partida acusó a su rival de hacer trampas en el baño y declaró que no le volvería a dar la mano al principio y al final de los cotejos. Según la delegación búlgara, el maestro ruso puede estar recibiendo asesoría de sus colaboradores cuando acude al baño, el único lugar del recinto donde no existe una cámara de video.
Así las cosas, el comité de apelaciones dictaminó que ambos ajedrecistas deben utilizar en lo delante de manera conjunta el baño de mujeres, y no uno individual. Mas, los demandantes no quedaron conformes pues, según ellos, «la medida no cambia nada, ya que Kramnik seguirá disponiendo de la posibilidad de acudir al baño sin restricciones». Entonces, el entrenador del maestro búlgaro, Silvio Danailov, exigió que un juez del torneo acompañe a los jugadores cuando estos se dirijan al baño en el transcurso de las partidas. «¿Cuántas veces se puede ir al baño? Sería lógico ir cinco veces, máximo diez, pero no 50», ironizó Danailov.
¿Y qué pasó? Pues que este viernes, a la hora del comienzo de la quinta partida, Kramnik se retiró al comprobar que su aseo estaba cerrado, lo cual obligó al árbitro holandés Geurt Gijssen a declarar vencedor a Topalov, quien a pesar de todo sigue debajo en el marcador 3-2.
Más tarde, el representante de Kramnik, el alemán Carsten Hensel, contestó a las acusaciones del equipo de Topalov diciendo: «Mi jugador necesitaba más espacio para pasear; la sala de descanso es pequeña y por lo tanto usa también el espacio del baño. Además, Kramnik tiene que beber mucha agua durante las partidas».
«El equipo de Topalov incluye a un parapsicólogo y a más gente que obviamente no tienen otras funciones que no sean distraer e insultar a Kramnik, especialmente desde que se han dado cuenta de que el búlgaro está en una situación difícil. Eso es lo que nosotros llamamos un comportamiento completamente sucio, que no está de acuerdo con el Código Ético de la FIDE. La decisión tomada por el Comité de Apelaciones solo puede verse como otro intento de molestar la concentración de Kramnik, pues es difícil de entender qué clase de mejora será disponer de un retrete en vez de dos», se quejó Hensel.
En fin, ¿qué les parece? Veremos qué sucede hoy.