En la localidad brasileña de Passo Fundo, un argentino olvidó a su mujer en una gasolinera y recorrió cien kilómetros sin notar que su media naranja no estaba a bordo. Al volver de vacaciones, el marido paró a echar combustible y su compañera aprovechó para ir al baño. Cuando la esposa regresó y se vio sola, entró en un ataque de nervios que incluyó hasta a policías. El reencuentro fue todo un tango: dicen que la mujer golpeó una de las puertas y que el hombre manejó derechito a casa.