Todo ocurrió en el cementerio de Portsmourth, Inglaterra, donde Anthony Stallard se dedicó a ser el fantasma del camposanto, agitando sus brazos y profiriendo el clásico, prolongado y aterrador sonido del buuuuuuuuuu. Pero la broma le salió cara al joven de 24 años cuando fue arrestado bajo los cargos de «usar palabras abusivas o amenazantes» y mantener una conducta que causaba angustia. Según la información, Stallard está siendo pesquisado por autismo, pero tendrá que pagar una multa y otros costos. Y eso que hablan del humor británico.