Laurent Aigon ya no tendrá que llevar a sus hijos a ningún parque de diversiones, pues fue capaz de construir en el cuarto de los pequeños una cabina Boeing 737, y lo más increíble es que... funciona. Se trata de un aparato casero tan realista que hasta el Instituto de Mantenimiento Aéreo del aeropuerto Bordeaux-Merignac le pidió a Laurent que les explique cómo lo hizo, y otra compañía de mantenimiento aéreo lo contactó para usar su invento para simulaciones. El invento le costó a este francés los últimos cinco años y miles de horas de trabajo y, también, miles de euros, en comprar todos los componentes. Pero valió la pena, pues ahora puede experimentar la sensación de volar sin dejar la comodidad de su hogar.