Para conseguir una latica de refresco en el campus de la Universidad Nacional de Singapur, los muchachos solo deben abrazar. «Abrázame», reza un enorme cartel impreso en una máquina expendedora de gaseosas. «La máquina de abrazos es una idea simple para expandir felicidad en ambientes que pueden ser tensos o estrictos como un campus universitario», explicó Leonardo O’Grady, director de Coca-Cola. La idea ha tenido tal éxito que la multinacional ya planea expandir la acción a otros mercados fuera de Asia. Todo sea por llevarle felicidad a la gente… Y gaseosas, por supuesto.