Siguiendo con los muertos, en Inglaterra se conoció que el mismo fuego que se usa para cremar cadáveres calentará una piscina climatizada. Se trata, dicen, de aprovechar los recursos, pues el calor generado en el proceso de llevar a cenizas a los muertos, mantendrá confortables a los vivos que naden en una piscina de Hampshire. Deben encontrar una manera de hacer más atractiva la oferta del estanque, y así poder cobrar una entrada más alta ya que recientemente dejaron de recibir el subsidio gubernamental. A la actitud de los dueños de la piscina bien les viene el nombre de aquella novela brasileña… «Vale todo».