Una mujer británica que desató una campaña de odio en Internet tras ser sorprendida por una cámara de seguridad mientras tiraba un gato vivo a la basura, terminó pidiendo perdón. Mary Bale, empleada bancaria de 45 años, dijo que fue víctima de «error de juicio» cuando la vieron agarrar al felino —felina propiamente— que se llama Lola, abrir la tapa del contenedor, y lanzarla a su interior. Por suerte, la minina fue encontrada ilesa 15 horas más tarde, pues a juzgar por los mensajes que defensores de los animales le enviaron, Bale podría haber sido depositada también en un latón.