Carteles de algunas de las presentaciones de libros previstas durante la Feria. Autor: Tomada de la página de Facebook de la AHS Publicado: 12/03/2025 | 09:56 pm
SANTA CLARA, Villa Clara. — Desde la noche de este 12 de marzo hasta el próximo domingo 16, ya se vive en esta provincia la 33ra. Feria Internacional del Libro. Y desde días antes las letras se han colado en varios espacios de la urbe, con actividades que se adelantaron a la apertura oficial.
Con la República de Sudáfrica como país invitado de honor, y dedicada a la investigadora e historiadora Francisca López Civeira y al escritor, ensayista e intelectual Virgilio López Lemus, la fiesta literaria en esta central provincia tiene como presidente de honor al escritor Jorge Luis Mederos Betancor, Veleta. Constituye un festejo por los 25 años de la fundación de las editoriales territoriales y mantiene el propósito de promover la lectura como actividad fundamental para la formación de la conciencia individual y colectiva, así como del pensamiento crítico.
De acuerdo con el programa oficial, el evento reunirá a reconocidos escritores y promotores literarios del país y contará con la representación de varias editoriales nacionales y territoriales, junto a las anfitrionas Sed de Belleza y Capiro, con novedades en formatos impreso y digital.
Coloquios, eventos teóricos, presentaciones de libros y entregas de reconocimientos a personalidades destacadas en el ámbito literario, acompañados por el talento artístico provincial, llenarán los escenarios culturales emblemáticos de la ciudad de Marta Abreu y el Che.
Miguel Ángel Tamayo Alba, coordinador de Sed de Belleza Ediciones y organizador de la Feria Internacional del Libro 2025 en esta provincia, destaca, entre los nueve programas, el de Extensiones, que llevará las presentaciones fuera del centro urbano de la capital provincial hasta prisiones, comunidades, universidades y escuelas de arte.
Asimismo, varias peñas y tertulias habituales se vestirán de gala durante estas jornadas para reforzar la programación artística. Los proyectos Nuestra historia y Por una sonrisa (en el hospital pediátrico José Luis Miranda), La hora de la verdad, Caza de palabras, Otro discurso de Eva, El ojo milenario y Ring poético complementarán las actividades.
Las dos editoriales del patio traen títulos de autores villaclareños y de otras provincias. El catálogo de Sed de Belleza incluye Escritos en falso, de Miguel Castiñeira; La felicidad y otras mentiras, de Idiel García; Cambio de tono, de Leonardo García Rodríguez; Una familia de cuento, de Leonel García; Hijos de nadie, de Reineris Betancourt; Pasillo de manicomio, de Ana Margarita Arada; Leviatán, de Juan Edilberto Sosa; Caja de herramientas; de Yadián Tiza Carbonell, y Joseph’s Club, de Yasmany González Hernández.
Por su parte, la editorial Capiro presenta Crónicas del barrio, de Jorge Luis Mederos Betancor; Pintar un ángel negro, de Alberto González Rivero; Espuela de cristal, de Darién Orlando Peña Prada; Libro de la paz y de la guerra, de Randoll Machado Hernández; Lorca, el inquietante, de Luis Manuel Machado Ordetx; El decisivo dibujo de Las Villas, de Roberto Ávalos Machado, y El gran devorador, de Martha Acosta Álvarez.
Una presentación anticipada
Con Escritos en falso debuta el joven periodista, escritor y editor Miguel Castiñeira. En un conjunto de textos periodísticos sobre acontecimientos, personas y libros que han despertado su interés, el autor despliega una concepción amplia de la literatura en la cual entran la canción de autor, el repentismo y el propio periodismo, como hilo que hilvana todo el libro.
«Encontramos entrevistas que no están presentadas en el formato clásico de preguntas y respuestas. Me atrevo a decir que son crónicas sobre una conversación o, en este caso, admito el término narrativas, porque se deja constancia de la entrevista únicamente como técnica para obtener información.
«También hay géneros de opinión, que no son reseñas sobre libros, sino comentarios con elementos de crítica literaria. Aunque en la mayoría de los casos no se emplean herramientas de la filología, tampoco son textos puramente descriptivos y promocionales. Exponen, más que una opinión, un criterio. Por último, aparecen cuatro reportajes, tres narrativos que abordan a una persona, y uno dedicado a un hecho, que podría ser llamado crónica», comentó el autor.
Alberto González Rivero, periodista y escritor cuya trayectoria incluye años como entrenador de ajedrez, la entrada en el movimiento de corresponsales deportivos voluntarios, la incursión en la prensa escrita y la dedicación al medio radiofónico, llega a la 33ra. Feria Internacional del Libro con la obra Pintar un ángel negro.
Se trata de su segundo volumen de crónicas galardonado con el Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara, y constituye el resultado de sus investigaciones sobre la historia de Sagua la Grande, cuna de personalidades del patrimonio cultural cubano y escenario de historias dignas de contar.
«No solo hago notar la grandeza de un Wifredo Lam y su jungla, al urólogo Joaquín Albarrán, al académico Roberto González Echevarría, al músico Rodrigo Prats o a su padre Jaime, a Jacobo González Rubalcaba, abuelo del célebre pianista Gonzalito, sino también aquellas figuras pueblerinas que, con menor calado, han sabido insuflar un espíritu no menos pintoresco y trascendente a la villa, conocida también por el puente El Triunfo, tan bellamente descrito por el periodista Julio García Luis.
«La lectura y, sobre todo, escuchar, me han permitido incursionar en el género más literario del periodismo y superar mi falta de instrucción académica. Creo que la crónica, de algún modo, rompe el canon de periodismo chato que aún sale de nuestras redacciones informativas. Es la forma de humanizar, de penetrar en la vida y obra de los que hacen el milagro de trascender, incluso, desde los lugares más ignotos, desde las profesiones más insignificantes», reveló González Rivero.
A ritmo de jazz, el escritor Yasmany González Hernández abre las páginas de Joseph’s Club, un libro de poesía para adultos, en el que todos los poemas guardan relación con el género musical de origen afronorteamericano, aparecen sujetos líricos jazzistas y fragmentos de canciones clásicas, como una representación de sus principales vertientes y representantes.
«Quiero regalar a los lectores, primero, un acercamiento a la ciudad, porque siempre nos toca sentirla fuerte. En segundo lugar, como poeta hijo de mi tiempo, me toca representarlo. Las personas que lean el libro se verán reflejadas de una forma u otra dentro de los poemas. También me aproximo a la familia, el papel de cada uno de los miembros y cómo nos distanciamos o acercamos a ellos.
«Es un libro que quiere dialogar directamente con el lector y, sobre todo, acercarle el universo maravilloso de la poesía y el jazz, esa música grandilocuente que expresa lo que muchas veces el alma no puede decir con palabras.
«Del público santaclareño espero que lo compre, se lo lleve a la casa, lo lea y, si me ve en la calle y quiere decirme si le gustó o no, que me detenga. Que el libro llegue a todo el que lo quiera tener, para leerlo, para prestarlo o para regalárselo a alguien», confesó el poeta.