Celia Farfán González. Autor: Cabrera Publicado: 09/01/2025 | 10:48 pm
Ya estamos en pleno 2025, y luego de revivir algunos textos publicados en nuestra prensa, referidos a estas fechas de celebración de fin de año y año nuevo, volvemos a nuestra principal misión de recordar y homenajear a quienes han dado mucho humor a las páginas de los diarios y suplementos periodísticos a lo largo de muchos años en Cuba.
Regresamos a Melaíto, que recién celebró su aniversario 56, en su ya conocido y popular Salón de diciembre. Esta vez vuelvo al querido suplemento del periódico Vanguardia, en el centro del país, para hablar de una figura fundadora de esas páginas y cuyo trabajo ha sido de mucha importancia, porque ha dado la imagen, el colorido y la esencia de Melaíto, además de ser una persona indispensable en la unidad (profesional y espiritual) de este colectivo durante todos estos años. Me refiero a la diseñadora Celia Farfán González.
No cabe discusión alguna de que el diseñador es el alma de todas las propuestas audiovisuales, de la gráfica y el arte en general. Grandes nombres han hecho suya la impronta de las publicaciones. Tenemos a Torres y Tomy en dedeté, y la queridísima Daisy Chong, más conocida como la china de Palante, entre muchos otros. El caso de Celia Farfán es también muy especial, y no solo he escuchado elogios y destaques sobre ella a los miembros de Melaíto. Muchas personas, relacionadas o no, con el periódico Vanguardia, han hecho loas del trabajo y voluntad de esta señora, que, en una entrevista realizada en 2008, por Yandrey Lay, fue llamada La tía de los humoristas. De este querido acercamiento a nuestra invitada haré referencia, para que nuestros lectores tengan una idea de la grandeza de esta mujer, que es Melaíto ciento por ciento.
Esa misma mañana se había arreglado el pelo. Una colega sugirió que era el mejor momento para entrevistarla. Agradecí el consejo. Todos sabemos que a Celia Farfán González hay que saber darle la vuelta.
—¿Por qué dedicarse al diseño gráfico?
—Yo estudié Artes Plásticas. Douglas Nelson, director de Melaíto en aquellos primeros años, buscaba gente para trabajar con ellos. Un día en el Parque Vidal de Santa Clara me contactó. Desde entonces, estoy aquí.
Celia opina que un caricaturista debe saber mirar las cosas. Dijo también que Pedro Méndez tenía un tremendo sentido del humor, que a Martirena le encanta su trabajo y describió a Linares como un talento puro. Por último, elogió en Roland el sentido del ahorro y la sensatez.
—¿Cuáles han sido sus mejores tiempos en el periódico?
—Los que me quedan por vivir, y por supuesto, los primeros años de Melaíto. Éramos jóvenes. Andábamos juntos para todos lados.
—Viviste la época del diseño manual. Ahora has tenido que volcarte en el manejo de la tecnología, ¿cómo fue ese tránsito?
—A mano el trabajo era muy lento. Por eso tenía que montarlo todo en la cabeza antes de mover un solo dedo. Aprendí de puntajes, de títulos. Eso me ayudó a enfrentar la computadora.
—Sé que te gusta bailar, las fiestas…
—También pasear, oír música, pasar tiempo con mi familia.
«Ah, y dedico parte de mi tiempo libre al tejido, porque, al igual que en diseño, hay que trabajar con figuras y organizarlas para lograr una imagen armoniosa».
—¿Qué te mantiene con tan buen ánimo siempre?
—Amar… No seas mal pensado, chico. Amar el trabajo, la vida y muchas cosas más.
—Seguro ha pasado por malos momentos en este trabajo…
—El peor de ellos fue a principios de los 90, cuando empezó el período especial. Melaíto salió de
circulación. Entonces pasé a trabajar en Vanguardia, que también había reducido su frecuencia y tirada.
—¿Qué va a quedar de Melaíto?
—Melaíto ha puesto en alto el humor del cubano. Ha hecho reír a la gente en las buenas, también en las malas. Y como los cubanos somos así de alegres, aunque el mundo se esté acabando, creo que siempre habrá Melaíto.
De izquierda a derecha, Martirena, Lupe, Pedro y Celia.
Esta es, en síntesis, Celia Farfán, quien lleva más de medio siglo regalando su arte y su amor al suplemento de humor más querido de los villaclareños. Cuando hablé con Martirena de la idea de dedicar un número de Los Regañones a Celia, me dijo: ¡genial! Y para no ser menos, inmediatamente me envió, en breves palabras, quién es esta mujer para él y todos los melaítos.
«Celia Farfán es una institución en Melaíto, llegó de la mano de Douglas Nelson, según me han contado, y ha estado al pie del cañón desde entonces, con más de 55 años apoyando al resto del equipo, en los buenos y malos momentos. Su modo de crear hace de Melaíto una publicación con estilo propio en cuanto a diseño característico y adecuado al perfil costumbrista de la publicación. En lo personal me siento afortunado de haberla conocido y contarla entre mis amigas».
Sueltecitas al bate
Los cubanos tenemos el alma desnuda a la pelota.
En el béisbol lo más sencillo es un hit.
La mujer de aquel pícher tenía tremendas curvas.
Los buenos bateadores siempre están en la primera línea.
A pesar de ser peligroso, algunos equipos juegan mejor en la carretera.
Cuando un pelotero se va de luna de miel, sabe que por varios días no pisará las almohadillas.
Hay pícheres que «explotan» cuando se les embasa su suegra en la casa.
Aquel lanzador dominaba con facilidad a los bateadores diabéticos… ¡lo que les tiraba era un caramelito!
Algunos bateadores son cuarto bate comiendo.
¡Era un jugador tan ahorrativo, que siempre estaba en el banco!
Los pícheres que tienen muchos recursos también explotan.
A ningún corredor le gusta que lo estén tocando.
Detrás de cada base robada hay un receptor.
Javier Cubero Torres (Javier)
Caricaturista y redactor humorístico de Melaíto. Su obra ha sido reconocida en diferentes salones nacionales e internacionales. Ha participado en exposiciones colectivas en países como Turquía, Japón, México y Cuba. Es coautor de títulos como A mal tiempo buena cara, 1/4 de Humor, Afilando la punta y la antología Caricatura Cubana Contemporánea, Editorial Pablo de la Torriente, 2009.
Su obra ha aparecido en las páginas de las revistas mexicanas Chocarreros, Diario monitor, Humoris causa (publicación de la unión iberoamericana de humoristas gráficos), Unomasuno; así como en La pluma sonriente, de Costa Rica. Actualmente, colabora con publicaciones nacionales como: Bohemia, Palante, dedeté, Melaíto y La picúa.