Intimidantes para algunos y atractivas para otros, las obras elaborados también con cartón, madera y plumas, rara vez pasan inadvertidas para quienes visitan la ciudad en esta época del año, signada por la celebración del Día de Muertos a principios de noviembre. Autor: Tomada de Internet Publicado: 24/10/2024 | 11:00 am
Ciudad de México, octubre 24. — Animales como el jaguar, la mariposa o el ajolote inspiran la imaginación de los creadores de alebrijes, criaturas fantásticas nacidas de técnicas como el papel maché, y protagonistas desde este pasado fin de semana en el Paseo de la Reforma mexicano.
Intimidantes para algunos y atractivas para otros, las obras elaborados también con cartón, madera y plumas, rara vez pasan inadvertidas para quienes visitan la ciudad en esta época del año, signada por la celebración del Día de Muertos a principios de noviembre.
Los alebrijes monumentales llegaron a Reforma el sábado último, tras un desfile iniciado en el céntrico Zócalo, y permanecerán expuestos hasta el próximo día 3 en ambas aceras de la vía por el tramo comprendido entre las glorietas del Ángel de la Independencia y la Diana cazadora.
Es una exposición en conmemoración al Día de Muertos, confirma a Prensa Latina Teresa Márquez, habitante de esta ciudad, al comentar sobre la festividad en honor a los difuntos, para quienes los mexicanos colocan ofrendas y decoran altares con flores de cempasúchil, papel picado y platillos que en vida prefirieron.
Aunque Márquez y otros nacidos aquí han admirado durante años la tradicional exhibición de alebrijes, vuelven a Reforma una y otra vez en medio de un contagioso espíritu festivo que seduce también a los visitantes extranjeros.
Las más de 180 obras mostradas en esta ocasión, contendientes también en un concurso, surgieron del ingenio de artesanos de esta capital, el Estado de México, y otras entidades como Guerrero, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Tlaxcala y San Luis Potosí, según confirmó la Secretaría de Cultura del gobierno local.
El origen de las criaturas, dotadas de colores fascinantes y que mezclan a veces carruseles y caimanes, dragones y zorros, jaguares y murciélagos, o muestran a un oso con pico de ave y un libro abierto, se atribuyen al artesano Pedro Linares, nacido a principios del siglo XX en la Ciudad de México.
Una vez, al caer enfermo, Linares tuvo un sueño de extraños seres híbridos. Cuentan que al recuperar la salud intentó llevar a la realidad lo recordado y creó las primeras figuras, patrimonio cultural de la populosa urbe.