Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El amor por la radio es eterno

Más de un siglo después de la primera transmisión radial en Cuba, son muchas las personas que se han dedicado a vivir en la radio y para ella

 

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

En la radio está mi corazón

«Desde niño quise trabajar en la radio. Este medio me enseñó a ser disciplinado, a vencer la timidez, a ser perseverante para obtener lo que anhelo, a superar sinsabores. Cuando entré por primera vez a una cabina radial en Sancti Spíritus en el estudio dramático, sentí un olor que jamás he podido olvidar.

«En la radio está mi fortaleza, mi zona de confort. Es muy agradecido ese medio y en él siempre estás obligado a ser consecuente con la superación. Nunca me iré de la radio, aun cuando continúe trabajando en la televisión. Cuando amas la radio, ese amor es eterno. Pienso que quien ha pasado por la radio, transita sin grandes dificultades por la televisión, porque la radio es la escuela.

«Como locutor, te da noción del tiempo, poder de síntesis, te ayuda en la entonación y el ritmo, te exige prepararte constantemente, te demanda que logres convencer con las inflexiones de tu voz. Luego, como director, aprovechas cada oportunidad radial para trascender en otro lenguaje, y siendo locutor antes, ya sabes qué pedirle y cómo a tu colectivo.

«Me gustaría hacer un programa con entrevistas a personas que no son famosas, añoro develar esas historias de vida que tenemos en cada pedacito de nuestra realidad. La radio no desaparecerá aunque sí necesita ir a la par de los tiempos que corren, apropiarse de las nuevas tecnologías y crecer con ellas». (Pedro Martínez Arcos, director y locutor de radio y televisión)

 

Confío en la radio para ser mejores

«En mis planes nunca estuvo dedicarme a la radio o a cualquier otro medio, lo confieso. A los 13 años sí escribí un relato como guion radial, pues veía ese tipo de texto en mi casa como parte del trabajo de mis padres; era lo que más leía en mi infancia y adolescencia.

«Cuando estaba en el servicio militar me dediqué a escribir durante mis turnos de guardia y lo hice como guion para el programa Francamente. En ese entonces, en la década del 90, se necesitaban escritores para diferentes espacios radiales y ese proyecto se aprobó. A partir de ahí escribí, incluso cuando estudiaba Ingeniería Mecánica, y empecé a ver la radio con otra mirada. Abandoné mi carrera universitaria, me capacité como musicalizador y realizador y comencé en Radio Progreso, una escuela fascinante.

«Aunque ahora me dedico más a la televisión, y reconozco que son medios diferentes, mucho de lo que aplico en mi trabajo lo aprendí en la radio. Quiero que la radio actual se meta más en nuestra Cuba, que la haga noticia siempre. No siempre reflejamos todo lo que vivimos en los medios.

«Aprecio a quienes la hacen a diario y valoro mucho a los oyentes, porque sin ellos es como tener La Habana sin malecón. Confío en que con el talento que existe en la radio seamos cada vez mejores en el medio y desde él, para la sociedad». (Alberto Luberta Martínez, guionista y director de radio y televisión)

 

Cada historia debe ser contada

«Seducido desde niño por la radio, escuchando La profesora invisible de Cuca Rivero, no fue raro que luego, como corresponsal voluntario, quisiera diseñar mis reportes informativos. Para ello viajaba desde el Cotorro hasta la COCO y hasta Radio Metropolitana para aprender. Gracias a los que allí me ofrecieron sus conocimientos comprendí mejor todos los procesos que se viven en la radio.

«Sueño con un magazine informativo, musical, dramatizado… que tenga de todo. Trabajar los géneros en un mismo producto, donde exista música y se alternen secciones de facilitación social… Creo en esa variedad, cercana a Novedades, revista actual de Radio Metropolitana, pero la pondría más, en función de las audiencias, desde un formato radial profesional.

«Mi consejo fundamental es que amen la radio, que velen por la calidad de cuanto hagan. La constancia, el esfuerzo es vital, estudiar, diseñar contenidos valiosos, demostrar capacidad de resolución al aire, buscar optimismo, dejar nuestros problemas personales fuera de la cabina.

«Le agregaría a la radio cubana actual mayor participación de los oyentes. Ellos deben estar presentes a través de la vía telefónica o las redes sociales, porque el medio debe ganar más en ello. La radio crea encuentros maravillosos entre los realizadores y los públicos, porque acompañamos, porque entramos a las casas de las personas precisamente para acompañarlas. Cada historia de quien escucha la radio toca el alma y debe ser contada». (Félix León, periodista, profesor, realizador, guionista, director y locutor)

Trabajamos para satisfacer audiencias

«Estudié Sistema de Audio y Televisión y comencé mi trabajo en Radio Cadena Habana, pensando que ejercería como técnico. No concibieron que una mujer desempeñara esa labor y transitando por los estudios, me impuse el reto de ser realizadora de sonido y musicalizadora.

«Como directora, empecé en espacios pequeños, luego con mayor rigor en productos destinados a niños, realicé radioteatros y otros dramatizados, musicales, informativos… Me he procurado ser integral y cuando asumo un proyecto, lo desarrollo de punta a cabo con todos los detalles, y ahí está mi sello. Cada día surgen nuevos retos y el aprendizaje cotidiano se pone en función de la puesta de cada día.

«A mis estudiantes les sugiero que conozcan los referentes culturales de nuestra nación, cultiven una cultura general, porque trabajamos para satisfacer diversas audiencias, que sean éticos y nunca descuiden la calidad». (Janet Feliciano, directora, realizadora, asesora, guionista y profesora)

Hacer cine desde la radio

«Siempre fui un niño que escuchó radio, gracias a mi madre. Luego, mientras estudiaba en la Facultad de Cine, Radio y Televisión del Instituto Superior de Arte, trabajé en Análisis del Contenido de nuestra radio. Me encantó monitorear, estudiar cada espacio, descubrir cada estética dramatúrgica.

«Trabajé en la COCO, que fue una gran escuela para mí, porque interactué con locutores, directores, escritores de extraordinaria valía, y si supieras, de lo más significativo que aprendí fue la importancia del silencio —que también es sonido— como pauta dramática.

«La radio me enseñó que es imagen, imaginación, sonido, y viéndolo desde el cine, no es tan ajeno como suele pensarse. Los programas dramatizados son lo más cercano a lo que en el séptimo arte hacemos, y si pudiera dirigir alguno en la radio, me gustaría dedicarme a la vida de nuestros próceres. En ellos existe una riqueza humana y de cubanía inmensa, que explica lo que es Cuba y los cubanos hoy. Es como hacer cine, pero desde la radio». (Pablo Massip, director de cine, radio y televisión; guionista y director de fotografía)

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