El buen humor. Autor: LAZ Publicado: 25/01/2024 | 07:50 pm
Definir lo que constituye un material es tarea harto difícil. La arena, por ejemplo, unas veces se considera material y otras no. La arena del desierto es simplemente una alfombra mágica para el paseo de camellos. La arena de la playa es solo una parrilla natural para tostar bañistas. Pero la arena que se emplea en una microbrigada, sí es un material. En una obra de construcción podemos encontrar múltiples materiales. Como el cemento, ese polvito refino que dondequiera que se cuela aprieta. Como la piedra, cacahuete imprescindible en un turrón de concreto. Como el concreto, ejemplo bien concreto de un material compuesto de otros materiales. Hasta aquí todo parece indicar que pudiéramos elaborar una definición: material es todo aquello que se emplea en la construcción o reparación de algo. Sin embargo, no ocurre siempre así. En una oficina se hace un pedido de materiales. Y en este caso, material puede ser una carpeta, una caja de presillas y hasta un cuño.
Veamos ahora algunas situaciones donde el material deja de ser un objeto de trabajo para convertirse en sustancia elástica y chiclosa.
La locutora de la televisión, esa encantadora fémina que nos sonríe con una amplitud de ocho vías cuando una película se interrumpe o un micrófono no funciona, nos anuncia, con toda tranquilidad, que mientras localizan el video que estaba programado, tendremos la dicha de presenciar un bello material sobre las formas de comunicación de los pingüinos en el Ártico.
Biyiyo, nuestro dilecto amigo, recién estrenado administrador de la cafetería El dulce néctar, nos explica lleno de gozo que de ahora en adelante sí va a poder brindarnos un buen café, por cuanto le han mejorado la composición del material humano.
La palabrita ha proliferado de tal forma que es frecuente oír hablar de material de estudio, material de lectura, material de investigación, material de desecho, y hasta material explosivo.
En fin, que las acepciones de material pueden llegar a ser infinitas. Porque el cubano vierte, en la concretera del hablar popular, todo el material de su agudeza y de su ingenio. No es de extrañar, pues, que al igual que los científicos del mundo han encontrado gases raros y metales nobles, aquí, en nuestra tierra, se haya descubierto el material amable. Sí, porque, ¿qué mejor expresión pudiera sintetizar a esa trigüeña de pelo largo que todos los días, a las siete de la mañana, espera el ómnibus frente a Coppelia? ¡Qué clase de material, Carlucho! Te juro que lo que tiene es mucho.