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El espacio con su punto fijo

Los jóvenes artistas avileños le tomaron el pulso a la cultura del territorio, entre lo que se ha hecho, pero también en los espacios que faltan por cuidar y, sobre todo, proteger

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

CIEGO DE ÁVILA.— Dicen por ahí, en el andar popular, que la cultura no tiene espacio ni momento fijo. Pese a su origen tan reciente, ya hay que buscar el origen de esa frase.

Pero lo que nadie debe dudar es que la acción cultural en ocasiones (y no pocas) necesita que espacio físico y momento espiritual coincidan para evitar tropiezos a la creatividad.

La idea venía a la mente durante la Asamblea Provincial de la Asociación Hermanos Saíz de Ciego de Ávila, cuando el artista Luis Enrique Milán Boza señala la disposición constante de un creador para tener siempre una idea, un proyecto, algo que hacer antes de caer en la zona de confort de los lamentos, pese a las dificultades reales.

Luis Enrique se ha ganado un nombre en los últimos años a golpes de inteligencia, talento, mucho trabajo y mucha persistencia.

Sin embargo, ahora esas cualidades vuelven a ponerse a prueba cuando su proyecto Viertes se encuentra en el tránsito de ser una UEB del Fondo Cubano de Bienes Culturales a un espacio cultural, y debe afrontar papeles de todo tipo, incluidos los del gas para trabajar las esculturas.

«En algunos casos —dijo—, unos optan por la zona de confort de las lamentaciones. Nosotros elegimos la de trabajar, pero es necesario desbrozar el camino de esos obstáculos».

Una idea parecida la apuntaban los integrantes del proyecto Décima cuerda, dedicado al repentismo.

Esos muchachos se han ido en botella para La Habana a grabar en el espacio Palmas y Cañas, han llegado sin dormir ni desayunar, han cantado y con la misma han partido hacia la lista de espera de regreso.

Esa pasión los ha convertido en ganadores de varios certámenes del repentismo en Cuba. No obstante, llama la atención, como señalaron en el debate, que la provincia no acabe de tener un espacio fijo para el estudio y la práctica de ese género, cuando Ciego de Ávila es un genuino territorio de improvisadores.

El asunto no quedó solo en la cuestión de proyectos, sino también en el espacio que debe tener la actividad cultural como vehículo de bienestar social.

Así se mencionó un mural, realizado en una céntrica zona de Ciego de Ávila, en la pared del cine Carmen, y que no muestra los mejores atributos artísticos y en el que evidentemente no se tomaron en cuenta las pautas legisladas para ese tipo de obra, como apuntó el joven escritor Yasmany Rodríguez Alfaro.

También la necesidad de exigir, velar y preservar los monumentos locales y nacionales, preocupación de la AHS y apuntada por Camara Pereira Rey, actriz y miembro de la sección de Artes Escénicas, quien señaló las aglomeraciones de basuras en los fortines de la trocha de Júcaro a Morón, constatado en las actividades comunitarias.

Otro tema fue el mantenimiento de las instalaciones teatrales, cuyo mal estado generó un buen número de intervenciones en la asamblea anterior.

A partir de ese momento, se inició un proceso de reparación, ralentizado por la falta de recursos. No obstante, en determinados lugares donde se ejecutaron objetos de obra, hay espacios que no han tenido una calidad adecuada y hoy se padecen los dolores de cabeza por filtraciones y funciones detenidas.

A pesar de esas dificultades, la AHS en Ciego de Ávila ha sorteado vientos y mareas. Sus miembros han estado en los principales eventos del territorio, la última edición de los Juegos Florales tuvo la participación de unos 30 autores en competencia —una de las mayores asistencias en la historia— y se aprecia el surgimiento de un movimiento audiovisual, algo muy anhelado por mucho tiempo en el sector cultural.

«Hay cuestiones que son de carácter material y sin duda hay que atenderlas —dijo Liván Izquierdo Alonso, primer secretario del Comité Provincial del Partido—. Si los constructores hacen mal algo, hay que demandarlos y los artistas tienen que estar ahí supervisando lo que se hace y con voz bien alta porque los tienen que escuchar.

«Ahora, hay cuestiones que pasan por lo espiritual y es la voluntad de hacer, de crear, de no cansarse y es ahí donde la AHS tiene su mayor potencial y lo ha demostrado en todo este tiempo».

Al término de la asamblea los delegados ratificaron a la actual presidencia de la AHS, conformada por Santa Massiel Rueda Moreno, como presidenta y Cleylis Aurora Benítez Castro y Alejandro Quiñones en calidad de vicepresidentes.

Como delegados al congreso se eligieron a Santa Massiel Rueda Moreno, Cleylis Aurora y José Ángel Guevara Tamarit.

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