El pianista cubano Rolando Luna acaba de presentar su más reciente producción discográfica Mi alma en canciones (Egrem, 2022), cuya presentación ante el público habanero será este 12 de enero, a las 6:00 p.m., en un concierto en la sala Cervantes del Palacio de los Matrimonios, en el Prado capitalino.
Se trata de diez canciones en las que el piano de Luna es el gran protagonista de un viaje por diferentes temas de importantes compositores de la historia musical cubana, cuyas obras atesoran los archivos de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem), entre los que se destacan Sindo Garay, José Antonio Méndez, Ñico Rojas, Manuel Corona, Benny Moré, Adolfo Guzmán o Rember Egües, este último encargado de firmar las líneas que acompañan el fonograma.
Es un álbum «elegante, sensible, virtuoso y divertido», como lo cataloga el propio Egües en las notas discográficas. El piano de Rolando Luna suena con su particular manera de decir y nos habla de la Guarina, de Sindo Garay; Canción de estudio, de Ñico Rojas; Verdadera Navidad, de Frank Domínguez; Herido de sombra, de Pedro Vega; Amor sin fe, de Benny Moré, así como Amar, vivir, de Rember Egües.
Al llamado del piano acudieron el bajo de Rafael Aldama y Oliver Valdés en el drums, para interpretar los temas Y no crees en mi amor, de José Antonio Méndez; Bossa cubana, de Luis Chanivecky Rawet, y Al fin, amor, de Adolfo Guzmán. Completa la selección Adriana, compuesta por Manuel Corona y en la que Luna ofrece protagonismo a las voces del trío Palabras, en una pieza musical que retrata su faceta excepcional como pianista acompañante.
Para el destacado pianista este disco —que fue grabado en los estudios Ojalá, del cantautor Silvio Rodríguez— resulta un sueño cumplido. «Son temas que me encantan y escucho desde que tuve la oportunidad de aprender con los grandes intérpretes de nuestra música, como Omara y ese feeling tan poderoso. Pero hacer este material ha sido un reto para mí, porque a pesar de enfrentarme cotidianamente con esta música, ninguna de estas canciones del disco las habían grabado antes.
«En eso consistió la selección que hicimos: tomar canciones que fueran nuevas para mí y así poder ofrecer algo distinto y coherente. Fue una labor linda y un disfrute volver a las raíces de parte de nuestra música cubana», aseguró Rolando Luna, un artista que, al igual que durante toda su carrera, llega para sorprendernos nuevamente con la música que le brota del alma.