A finales del mes de febrero la Televisión Cubana estrenó el espacio infantil Retablo de sueños, una producción de los Estudios de Animación de Cubavisión y RTV Comercial, de conjunto con el Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Autor: Tomado de Internet Publicado: 28/12/2021 | 08:03 pm
Si algo ha distinguido la labor de las artes escénicas en Cuba durante 2021 han sido la creatividad y la activación de alternativas para dialogar con un público amplio y diverso. En medio del obligado recogimiento, impuesto como barricada para detener el avance del coronavirus, los artistas escénicos cubanos encontraron los modos de sobreponerse al demoledor impacto de la enfermedad.
Una vez más el obstáculo devino estímulo para la creación. Cuando el insustituible contacto franco y directo con el público no pudo consumarse, nuestros artistas encontraron en las redes sociales, la radio o la televisión, escenarios alternativos a través de los cuales ofrecer sus creaciones.
Un ejemplo de esto lo constituye la 19na. edición del Festival de Teatro de La Habana, en el que, aunque se realizaron algunas actividades presenciales, predominó la virtualidad. Veintidós espectáculos de ocho países conformaron la muestra internacional. Puestas en escena de Alemania, Argentina, España, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay, junto a diez propuestas nacionales, integraron una programación signada por la diversidad de estéticas y la vocación por dialogar con la realidad. Como complemento se desarrollaron los acostumbrados eventos teóricos, exposiciones, la muestra de documentales y la presentación de nuevas publicaciones.
Otros eventos de importancia como la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa; el Primer Encuentro Online Étienne Decroux, el Maestro «Un mimo al Mimo»; el Festival Internacional Danzas en paisajes urbanos: La Habana Vieja, ciudad en movimiento; la 4ta. Jornada de Teatro Joven Repique por Mafifa, o la 3ra. Jornada Habana Titiritera: Figuras entre adoquines, también apostaron por la virtualidad como disyuntiva capaz de convocar a creadores y público, manteniendo así vivos estos y otros encuentros que no menciono para no hacer demasiado extenso este inventario.
En cambio, cuando la pandemia dio alguna tregua, y en especial cuando la tenaz labor de nuestros médicos y científicos comenzó a despejar el horizonte, se regresó paulatinamente a la presencialidad. En los meses finales del año se desarrollaron certámenes como Ánfora, tradicional festival tunero dedicado a la magia; la 11na. Jornada de Teatro Callejero (Matanzas), así como Olorum, fiesta del folclore y de la cultura popular tradicional, organizado por el Consejo de las Artes Escénicas de Camagüey.
Precisamente, cuando el recogimiento fue menos severo, se realizaron actividades en todo el país, caracterizadas por el impacto social de estas. Vacunatorios, comunidades desfavorecidas como El Platanito, La Guayaba, El Canal, El Fanguito y La Timba acogieron al Circo Nacional de Cuba. Asimismo, vecinos de San Isidro y Atarés, entre otros barrios, disfrutaron de las ofertas de la Compañía Revolution, del Centro Promotor del Humor, y varias salas se reabrieron y los espectadores regresaron.
Otro aspecto que ha distinguido a 2021 es el sistematizado regreso de las ofertas teatrales a la pequeña pantalla. En este esperado rencuentro ha desempeñado un rol primordial la concertación entre el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y la dirección de Cubavisión. Gracias a esto un público amplio, a todo lo largo y ancho de la Isla, pudo disfrutar de un buen número de espectáculos de primera línea adaptados al lenguaje y las convenciones propias de la televisión. Entre estos se destacan los diez teleteatros reunidos bajo el título de Retablo de sueños, propuesta que contó con la experta dirección de María de los Ángeles Núñez Jauma, secundada en roles de directora asistente, asesora y dramaturga, por Blanca Felipe.
Retablo de sueños reunió las creaciones de destacados colectivos titiriteros, entre los cuales están Los cuenteros, Retablo, Adalett y sus títeres, Polichinela de La Habana y La Proa. También llegaron a nuestros hogares, mediante la pantalla de la TV, otros espectáculos que se han destacado, en diferentes momentos, por sus éxitos sobre las tablas. Entre esos se cuentan Hierro, La edad de la ciruela, La cuarta Lucía y El último bolero. En un reciente contacto con Rafael Pérez Insua, director de Cubavisión, conocimos que este canal proyecta para el próximo año continuar con la realización de teleteatros, poniendo especial énfasis en la dramaturgia cubana.
Cuando ya 2021 declina se impone mirar hacia delante. Como es tradicional, el próximo enero acogerá la Jornada Villanueva, celebración que en esta ocasión posee el valor añadido que le otorga la posibilidad del rencuentro entre el público y los creadores. Para esta ocasión se podrá acceder a una programación en la que se concentran conferencias y charlas de importantes intelectuales como Graziella Pogolotti o Francisco López Sacha, encuentros con el premio nacional de Teatro Dagoberto Gaínza, un panel por los 40 años de la revista Tablas, y un conversatorio sobre la obra y vida del prominente dramaturgo Amado del Pino.
Lecturas dramatizadas, la entrega del Premio Nacional de Teatro y una programación que incluye espectáculos de danza, ballet y teatro para niños y para adultos se obsequian también como eje de la Jornada Villanueva, lo cual es una manera de recordar a artistas valiosos que sucumbieron durante la difícil etapa de la pandemia.
Este apretado recorrido por varias de las ofertas generadas por los artistas escénicos durante el complejo 2021 demuestra nuestra capacidad para sobreponernos a las condiciones impuestas por la pandemia. A partir de ahora se abre un nuevo y amplio horizonte, tanto gracias a la posibilidad de regresar a los escenarios habituales como al potencial alternativo que constituye la utilización de las redes sociales, la radio y la TV. Estoy convencido de que estas y otras opciones surgirán y contribuirán a enriquecer nuestro prolífico movimiento escénico.
*Teatrólogo, crítico teatral, profesor y ensayista cubano.
Cartel de la 19na. edición del Festival de Teatro de La Habana.