Paint es la herramienta informática con la cual tiene la costumbre de volcar su espíritu creador. Autor: LuisMa Publicado: 23/03/2021 | 11:15 pm
A sus 16 años, Luis Manuel García Mursuli no para de contar historias mediante el dibujo. Su soltura al captar las esencias de lo que le rodea para trastocarlas en colores y formas, lo ha llevado a rotular, como «LuisMa», algunas de sus historietas o caricaturas, ahora devenidas ventana gráfica de un período pandémico.
El «aprendiz de ilustrador» cienfueguero descubrió su pasión cuando de pequeño, con tan solo cinco años, veía el televisor y corría a su cuarto a pintar dinosaurios, dragones y los héroes mitológicos que más atrapaban su atención y se le incrustaban en la memoria. Para él, el dibujo, además de su pasatiempo favorito, se ha convertido en un medio de expresión.
Luis Manuel. Foto: Adiene Mursuli
Su mayor sueño es realizar algún día sus propios animados. Por el momento se enfoca en sus estudios en el preuniversitario Eduardo García Delgado, de la Perla del Sur. Aunque entró allí con la idea de estudiar Derecho, no abandona su deseo de ser un historietista profesional.
«Me gustan específicamente las historietas y caricaturas, porque a través de estas puedo expresar mis emociones, inquietudes, estados de ánimo y retratar el medio circundante; también me puedo identificar, crear mis propios personajes, hacerlos interactuar y darles una historia a todos en conjunto», afirma.
LuisMa ya no da tantos trazos en una hoja de papel, como solía hacer de niño; Paint es la herramienta informática con la cual tiene la costumbre de volcar su espíritu creador, que es esencialmente autodidacta, aunque ello en nada menoscabe su técnica. «No me inspiro en el trabajo de ningún dibujante en particular; intento hallar un sello personal, pero soy fan de la obra de Juan Padrón.
«No pocos de los protagonistas de mis historietas están basados en amistades. A muchos les han gustado y hemos reído con los dibujos. La primera entrega fue un 14 de febrero. Estábamos en 9no. grado, pensé en regalarles algo especial a mis compañeros y profesores, y se me ocurrió hacerles tarjetas con sus versiones en caricatura. Tanto les complació que decidí rediseñarlos y convertirnos en eje de un argumento común».
Y como los «muñequitos» también se alimentan de las dinámicas sociales, la COVID-19 centra hoy las imágenes y textos en los dibujos de Luis Manuel. Temas como la producción de cinco candidatos vacunales cubanos, el reconocimiento a la labor de los profesionales de la salud, la responsabilidad y el cuidado de la higiene personal, el uso del nasobuco y la necesidad de cumplir el distanciamiento social son vistos en sus obras desde un tono positivo y reflexivo.
«Es importante que desde todos los flancos desentrañemos los peligros de contraer el virus SARS-CoV-2. La forma que encontré fue mediante el dibujo; creo que es una vía eficaz para transmitir un mensaje diferente, visual, que lleve a la risa y, a la vez, nos ponga a pensar si estamos haciendo lo suficiente para cuidarnos a nosotros mismos y a nuestros familiares».
Es entonces, tras la pantalla de su computadora, que sus amigos se vuelven médicos, científicos, hablan de la solidaridad de Cuba con el mundo, se enamoran desde la distancia y apiolan al patógeno; porque sí, en sus retazos de historieta, esta pelea contra el coronavirus también la ganaremos.