Desde hace 20 años, Haciendo Futuro forma parte de las propuestas culturales de Sancti Spíritus. Autor: Cortesía de la brigada artística Publicado: 22/10/2020 | 09:05 pm
SANCTI SPÍRITUS.— Tras la fachada de la casita de cartón corren en punta de pies. Ríen en silencio. Acomodan lazos y zapatillas de tela. Miran de reojo a los adultos, que no paran de colocar el dedo sobre los labios para no faltar el respeto al público que espera. Son segundos que parecen eternos hasta que la música estalla y, al fin, el sueño se comparte.
La conga marca la arrancada. A un ritmo envidiable las guaracheras naranjas parecen volar. Los rostros se llenan de luz con cada aplauso. Un grito de bravo no provoca que el colectivo pierda el paso.
«Esto es solo el inicio. ¡Lo que falta es mucho!», dice una de las espectadoras a voz en cuello para sobrepasar a la música con que la brigada artística Haciendo Futuro se roba la atención en una de las esquinas del parque Serafín Sánchez Valdivia, de la ciudad del Yayabo.
Hija de su contexto
Y no exagera la señora en su euforia. Durante cerca de una hora, los niños y niñas regalaron un espectáculo integral: música, baile y teatro. Hicieron reír, reflexionar y hasta una que otra lágrima brotó por la emoción.
«Es un proyecto en el cual confluyen música, danza, magia, malabares… Muchos han llegado porque los mismos padres perciben que tienen aptitudes. A otros los envían sus maestros. Antes de entrar se les hace una rigurosa prueba porque nuestra brigada apuesta por un trabajo diversificado. Por eso nos han podido ver tanto en una gala político-cultural como en un carnaval», cuenta a modo de presentación Pedro Jorge Sánchez, artífice del colectivo.
Su historia vinculada a la formación artística de niños y niñas suma casi 40 años. La primera vez que se paró frente a un aula tenía casi la edad de sus alumnos. Al poco tiempo de compartir saberes, se percató de que al adentrarse en los compases y demás manifestaciones artísticas se transformaban sus conductas y modos de expresión.
«Vi que el trabajo cultural les resaltaba la autoestima. Cuando lograban resultados, eran otros. Aprenden a ser mejores personas, pues para ser un artista hay que ser disciplinado, educado, estudioso, desenvuelto…», refiere el experimentado maestro de música, quien además de conducir Haciendo Futuro labora en la escuela especial Alberto Delgado, de Sancti Spíritus.
Justo allí tiene su cuartel general la brigada, y tuvo como génesis al grupo musical Juventud 2000, que durante 28 años hizo bailar a Sancti Spíritus y gran parte de Cuba. Sin academia teórica, sus integrantes dominaron los pentagramas.
La brigada artística espirituana tiene en su repertorio espectáculos en los que se fusionan varias manifestaciones artísticas. Foto: Cortesía del entrevistado
«Cuando sucedió que la orquesta no podía seguir por la falta de instrumentos, decidimos crear una compañía variada. Fue entonces que en el palacio de pioneros Los zapaticos de rosa le dimos vida a la brigada, el 23 de octubre de 2000», rememora.
Desde entonces, trabajar ha sido la palabra de orden. Cada fin de semana se dan cita en la escuela Alberto Delgado para volver sobre pasos, canciones y textos. Solo se ha roto esa rutina este año por el acomodo en este terruño de la COVID-19.
«Exige de mucho sacrificio, pues lo hacen después de una semana de escuela, pero logramos que predomine una atmósfera de gozo. Todo transcurre como un juego en el que constantemente aprendemos…», agrega.
Guillermo Moreira Cruz es uno de los pequeños que ha crecido enrolado en ensayos y presentaciones por varios escenarios. Su desenfado al bailar hace que marque el paso de las coreografías: «Es lo que más me gusta. Llegué aquí muy pequeño y le debo ser un niño más feliz», asegura.
De muy cerca le sigue su mamá Maritza Cruz, quien no se pierde ni un solo ensayo y presentación de Haciendo Futuro. Ha sabido ajustar sus horarios para acompañarlos siempre.
«Ayudo como madre y por mi formación como maestra. Ha sido una experiencia muy enriquecedora porque los he visto crecerse. No únicamente vivimos momentos felices, sino que también hemos llorado junto a ellos cuando las cosas no salen bien. Esto es como una gran familia», refiere.
Cumpleaños diferente
Desde hace un año, la brigada artística espirituana preparaba la celebración por sus dos décadas de vida como testigo y protagonista de gran parte de los sucesos culturales que mueven la vida de la provincia.
«Contamos desde el primer día con el apoyo del Departamento de Cultura Comunitaria y la Organización de Pioneros José Martí. Gracias a ese respaldo y nuestra constancia, hemos podido participar en jornadas de gran convocatoria como la Feria Internacional del Libro y las Lunas de Invierno, además de visitar varias comunidades de la provincia. Esto exige de mucho amor porque si no, no sale», insiste Pedro Jorge Sánchez.
Pedro Jorge Sánchez apuesta por transformar las conductas de sus alumnos mediante el arte. Foto: Cortesía del entrevistado
Y aunque la actual situación epidemiológica obligó a posponer la fiesta con el público que suele seguirles en su peña mensual de los portales de la Casa de Cultura Osvaldo Mursulí y cuando suben al escenario del Teatro Principal o «asaltan» localidades de difícil acceso, merecieron un regalo especial: el Premio del Barrio.
«Fue una tarde maravillosa porque sentimos que nos dieron una de las mejores recompensas por tanta entrega, no solo mía y de los niños y niñas, sino de las familias. El pueblo con su apoyo nos da ese calor humano tan necesario para vivir».
—¿Qué le espera a Haciendo Futuro?
—La gente reclama nuestra presencia, sobre todo tras esta larga ausencia por la COVID-19, así que hemos logrado buenos resultados, pero aún queda mucho por delante. Me faltan unos siete años para la edad de retiro y siempre digo que mientras tenga fuerzas ahí estaré, para seguir encaminándolos en el mundo del arte. Luego que decidan qué hacer con esa preparación.