El Festival de Cine de Tribeca ha rendido homenaje a la película El Padrino, por el 45 aniversario de su estreno, con un coloquio en el que participaron su director, Francis Ford Coppola, y sus protagonistas, Al Pacino, Robert De Niro, James Caan, Robert Duvall y Diane Keaton.
Coppola y el elenco de afamados actores, entre los que también se encontraba Talia Shire, recordaron durante más de una hora las numerosas dificultades por las que tuvieron que pasar para completar la que está considerada como una de las mejores películas de la historia, y que lanzó al estrellato a algunos de sus protagonistas.
El director narró con detalle sus enfrentamientos continuos con el estudio que financió la película, Paramount, que no estaba de acuerdo con la participación de Marlon Brando, que interpretó el papel de Vito Corleone, ni con la de Al Pacino como Michael Corleone.
«En un momento dado el estudio me llegó a decir que no volviera a mencionar el nombre de Marlon Brando», afirmó Coppola en el coloquio, celebrado después de la proyección de El Padrino y El Padrino II en el mítico Radio City Music Hall de Nueva York.
Sin embargo, Coppola siguió insistiendo en su elección de Brando como actor protagonista pese a las amenazas de despido que recibió por parte de Paramount, así como con la de Al Pacino, hasta entonces un intérprete poco conocido que se había dedicado en buena parte al teatro.
«Hubo mucha controversia con la elección de los actores», aseveró Coppola, que contó que a los ejecutivos de la productora de cine no les gustaba Brando porque no tenía una buena dicción y no se entendía su diálogo, mientras que Pacino les pareció un actor poco conocido que no estaba a la altura de las circunstancias.
Al Pacino era hasta entonces un intérprete poco conocido que se había dedicado en buena parte al teatro. Pacino también era muy consciente, durante el rodaje de la cinta, de que su elección no había caído bien a los ejecutivos de Paramount ni a mucha de la gente que trabajó en la película.
«La verdad es que nunca es agradable estar en un sitio en el que no se te quiere», dijo el actor, que contó cómo oía al personal contratado hablar mal de él o reírse de forma constante durante la grabación de la primera parte de El Padrino.
Pacino tampoco estaba muy convencido inicialmente de querer interpretar el papel de Michael Corleone cuando Coppola se lo ofreció.
«Pensé que (Coppola) estaba completamente loco. Le dije que me lo pensaría, pero enseguida pensé que no era un buen papel para mí», dijo Pacino, al que sin embargo más tarde Coppola consiguió convencer con su insistencia.
«Cuando un director te quiere para un papel, es una gran suerte. Es entonces cuando el director también te empieza a gustar a ti. (...) Él quería tanto trabajar conmigo que empecé a pensar que quizá sí que podía hacer el papel», aseguró Pacino.
Coppola asimismo se tuvo que enfrentar a Paramount por su elección para el papel de Connie Corleone, que tampoco convencía puesto que la actriz que había elegido era su hermana, Talia Shire, y por la fotografía seleccionada para el filme, considerada demasiado oscura.
Tanto Coppola como Diane Keaton confesaron en este homenaje no haber visto de nuevo El Padrino y El Padrino II en décadas, y aseguraron que fue una experiencia muy emocionante recordar todos los obstáculos que se tuvieron que sortear hasta completar la cinta.
«No las he visto en años porque no suelo hacerlo con mis películas. (...) Me había olvidado de cómo lo habíamos hecho, y usé muchas de las experiencias personales de mi familia, mi hermana era una de las actrices... así que ha sido una experiencia muy emocionante», subrayó.
Keaton por su parte contó que vio la película de nuevo recientemente después de más de 30 años, y que la experiencia fue increíble.
«Mientras la veía sólo podía pensar en lo extraordinaria y preciosa que es la película, en lo bien que actuamos todos, la música. Todo lo que elegiste fue con tanto gusto...», dijo Keaton a Coppola.
«Fue alucinante. No podía parar de llorar», apuntó.
Coppola afirmó asimismo que El Padrino es una película que hoy en día no se hubiera producido debido a su alto coste y a que ningún estudio se hubiera arriesgado a invertir en el filme.
«No le hubieran dado el visto bueno. La primera película costó 6,5 millones de dólares, la segunda 12 millones, que si se convierte a dinero de ahora es mucho y sólo podría hacerlo una productora importante. Hoy en día no se le hubiera dado luz verde», opinó el director.
Tomado de LaVanguardia.com