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Hablando con el bate al hombro

Quien dude que el béisbol sea parte indisoluble de la vida del cubano, está equivocado. En Cuba, a pesar de no transitar por sus mejores momentos, la pelota tiene un protagonismo irreversible

Autor:

JAPE

Quien dude que el béisbol sea parte indisoluble de la vida del cubano, está equivocado. En Cuba, a pesar de no transitar por sus mejores momentos, la pelota tiene un protagonismo irreversible. El juego pasión se sembró en nuestro acervo cultural, como la rumba, el guaguancó, la criollita y el pan con guayaba y queso, o sea, el pan con timba.

La mayor muestra está en el lenguaje. Todo lo que marca a un pueblo, a una civilización, se incorpora en sus voces más comunes, en su jerga popular. Hoy, que es el Día Mundial del Idioma Español, puedo mostrar que muchas de las cosas que cotidianamente expresamos en nuestro país (donde hablamos español, aunque a veces no lo parezca) vienen del béisbol.

Por ejemplo, cuando queremos decir que alguien se ha ganado algo sin méritos, o que ha logrado alguna recompensa sin esfuerzo alguno, decimos simplemente que «lo cogió de fly al catcher».

Si existe una problemática difícil de resolver, o una situación límite en la que realmente no hay una salida fácil o al menos visible, sin apenas pensarlo acotamos: «Se la puso en tres y dos».

Cuando la reunión, la actividad o el encuentro se extienden más de lo programado, se puede decir de dos formas diferentes. Algunos simplemente dicen: «¡Ño, la bola pica y se extiende!». Mientras otros aseguran: «¡Esto se fue a extrainnings!».

Hay un caso significativo que sucede a veces, cuando un término es usado lo mismo para elogiar que para censurar. El popular dúo Buena Fe lo llama Pi: 3,14. Casualmente cuando alguien hace algo grandioso o se equivoca abiertamente, muchos exclaman: «La botó de jonrón».

Relacionado con el batazo más grande de la pelota, existe otra manera de figurar la muerte. A veces no decimos que fulano murió, o que falleció. De manera cruel, pero en pocas palabras se dispara: «¿Quién, fulano? ¡Se fue del parque!».

El factor sorpresa también está incluido en este eterno parodiar beisbolero. Si alguien se aparece con algo inesperado, una noticia de sopetón, de golpe, los más suspicaces asentirán mientras dejan escapar algo así: «Quién lo iba a decir, ¡tocó la bola con las bases llenas!».

Y con esta jugada de squeeze play dejo a usted la oportunidad de seguir buscando términos del béisbol que ya forman parte de nuestras vidas, de nuestro idioma, porque sin temor a equivocarme puedo asegurar que la vida es silbar, y jugar pelota.

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