Omega 3 de Eduardo del Llano. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 06:26 pm
Por primera vez, la Feria Internacional del Libro dispondrá de los meses de febrero, marzo y abril para permitirle al público de todo el país el disfrute de muchas buenas lecturas. En la Cabaña, la edición 25 del suceso cultural más importante de la Isla podrá disfrutarse hasta el día 21 por quienes se hallen en la capital, donde tienen la oportunidad de ponerse en contacto con autores criollos más contemporáneos y aquellos que pertenecen al canon literario, gracias al empeño, en buena medida, de Letras Cubanas.
De su selecto catálogo esta editorial, con casi 40 años de existencia, propone esta vez más de 60 publicaciones firmadas por reconocidos escritores de la Mayor de las Antillas, según informó a JR Rogelio Riverón, director del sello editorial.
Honrada se siente esta institución por haber traído de vuelta El pan dormido, título imprescindible en la enorme obra de quien se recuerdan los cien años de su natalicio: José Soler Puig, autor de Bertillón 166, novela que inaugurara en 1960 el prestigioso Premio Casa de las Américas.
Considerado por Mario Benedetti como «uno de los grandes de la novela latinoamericana», Soler Puig, premio nacional de Literatura 1986, nos entregó en 1975 El pan dormido, que toma como escenario su natal Santiago de Cuba en época de la tiranía de Gerardo Machado y que al decir del ilustre uruguayo se halla entre «los ejemplos más estimulantes de cómo las técnicas de vanguardia son compatibles con una comunicabilidad y una fluidez que permiten al lector introducirse y sentirse en el mundo novelesco, como si este fuera su propia casa».
Letras Cubanas, igualmente, ha querido celebrar el hecho de que la República Oriental del Uruguay constituye el país invitado de honor de la Feria, y le ha propuesto a los lectores amantes de los temas históricos un libro como Yo soy el Rufo y no me rindo, de Daniel Chavarría, también premio nacional de Literatura.
A Yo soy el Rufo y no me rindo, el autor de Joy, Adiós muchachos, La sexta isla y El ojo de Cibeles la califica como biografía novelada y comprometida con el acontecer político y social de nuestra América, e inspirada en la vida de su compatriota Raúl Sendic, lleva a planos inimaginables la leyenda en torno al líder del Movimiento de Liberación Nacional entre 1962 y 1989 en la nación charrúa.
De Chavarría se reeditó, además, la gustada Viudas de sangre, que ganara el Premio Alejo Carpentier 2004, importante reconocimiento literario, cuyo prestigio se podrá constatar también por la calidad de los ganadores más recientes: Nelton Pérez en la categoría de novela por Infidente; Sergio Sevedo en el género cuento por La gran ola de Kanagawa; y Rafael Araoz en el apartado ensayo, haciendo un recorrido por la poesía del siglo XX, en Las praderas sumergidas.
Y si de premios significativos se trata no pueden dejarse de mencionar el Nacional de Poesía Nicolás Guillén 2015, que recayó en Alberto Marrero por Las tentativas; el decimocuarto Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar que distinguió a Oscar Barrientos Bradasic que impresionó al jurado por «la elegante soltura en que un relato de trama tan inhabitual como su paisaje, arriesga imágenes ambiciosas para conseguir una atmósfera a medias ilusoria, entre el ensueño y la vigilia, donde la luz puede deslumbrar sin iluminar, y la historia consigue borrar la realidad», gracias a lo cual nació Quillas como espadas, que contiene otros textos a quienes recibieron primera mención y menciones.
Juventud Rebelde propone seguirle el rastro a Eduardo Corzo, quien sumó a su currículo el Premio Pinos Nuevos en narrativa por medio de su libro Estampas de asuntos oscuros, como mismo le sucedió a Osmel Almaguer, en poesía, por Creatura, cuyos poemas, según Leyla Leyva, se posicionan en el centro del dilema existencial del ser humano.
La editorial Letras Cubanas no quiso pasar por alto a los autores que honra el encuentro en esta ocasión y complacer al público aficionado a la poesía presentando, de la escritora Lina de Feria, el libro Ante la pérdida del Safari a la jungla, una monumental antología que se alzó con el Premio Nicolás Guillén 2008. Así como del también premio nacional de Literatura 2016, Rogelio Martínez Furé, ha puesto al alcance de los lectores títulos fundamentales como Eshu (Oriki a mí mismo) y otras descargas, que al decir de su autor constituye un «libro iconoclasta en forma y contenido», que además revela un profundo sentido humano y religioso, de modo que puede catalogarse como imprescindible para entender la esencia del pueblo cubano.
Briznas de la memoria, Diálogos Imaginarios y Cimarrón de palabras llevan la firma del notable etnólogo, africanista, antropólogo, escritor, cantante, compositor, dramaturgo... y de seguro complacerán al más exigente lector.
No podían faltar clásicos como Concierto Barroco, de Alejo Carpentier, para muchos la más innovadora y lúdica de las novelas de este autor. Desde su aparición en 1974 no han escaseado para ella elogios al estilo de: «Concierto barroco es una novela burlona y carnavalesca, vanguardista y desconcertante. No es ni la obra más conocida ni la más influyente de Carpentier; pero sí es una pequeña obra maestra de imaginación simbólica y de orfebrería literaria».
Otros grandes escritores prestigian el catálogo de Letras Cubanas en esta Feria, entre ellos, Miguel Barnet con la antología personal Una botella al mar que, al decir del destacado crítico e investigador Luis Álvarez Álvarez, «entraña ese viaje existencial de infinitas distancias. Libro de libros, resulta por completo ilustrativa de la trayectoria misma de un poeta que, tal vez, ha sido víctima del Barnet narrador y antropólogo, tanto que la lectura de Una botella al mar obliga a pensar que la crítica cubana está obligada todavía a indagar realmente su poesía en la multiplicidad de sus lenguajes, en su afán irrestricto de palpar la experiencia humana y dialogarla».
Con rotundo aplauso los lectores recibieron la noticia de que este año Letras Cubanas se sumaría al homenaje por las ocho décadas del poeta, dramaturgo, narrador y ensayista Antón Arrufat, con la publicación de Los privilegios del deseo, que recoge sus cuentos más recientes; ¿Qué harás después de mí?, el cual anda a punto de cumplir 30 años de haber visto la luz y evidencia el decursar narrativo de su autor; y La noche del aguafiestas, que provocó que Lisandro Otero, cuando la presentó en México, en 2001, expresara: «Suntuosamente escrita, tarea de orfebre de Tanagras, la novela se ilumina con súbitos giros de la jerga popular en un texto de esmerada hechura, como un relámpago sobre un iconostasio».
Con Lo mismo que quieres tú, Letras Cubanas continuó con su línea de promover a autores contemporáneos. En este caso a Michel Encinosa, que en este compendio de cuentos eróticos va desde la fantasía heroica hasta el realismo, con juiciosas estancias en la ciencia ficción, según afirma Rogelio Riverón en la contracubierta del libro. Pero también nos indica a autores como Odette Casamayor (Una casa en los Catskills) y Víctor Rodríguez Núñez (Deshielos & desde un granero rojo), en representación de otros que no radican en la Isla.
Así, de empeñada sigue esta editorial, fundada en 1977 (el próximo año arribará a su aniversario 40) en dar a conocer lo más valioso de la literatura y el arte de la Isla, lo cual se hace muy papable por estos días de una Feria que se escribe, sobre todo, con Letras Cubanas.