Inaugurada el 26 de julio de 1985, la gigantesca Plaza Mariana Grajales de Guantánamo es un conjunto escultórico de gran significación histórica.La primera pieza muestra el rostro maternal de Mariana Grajales con sus hijos alrededor y connota el amor y la ternura que les profesó a todos sus descendientes.Este conjunto es obra del arquitecto Rómulo Fernández Villaldo, de los escultores José Villa Soberón, Enrique Angulo y Lázaro Tranord y del ingeniero ingeniero Esteban Fernández. Autor: Ismael Francisco Publicado: 21/09/2017 | 06:14 pm
El culto patriótico y cultural a Mariana Grajales Cuello se ha concretado en el imaginario popular a través de un proceso histórico de autentificación en el que la Madre patriota, la Madre salvadora, la Madre curadora, han sido imágenes recurrentes en la literatura y la escultura.
Su imagen se erige en monumentos, bustos y relieves, y hasta ha inspirado composiciones musicales, como la creada por Frank Fernández para la inauguración de la Plaza Mariana Grajales de Guantánamo.
Juventud Rebelde muestra una selección de poemas dedicados a la excelsa mambisa, así como fotografías de esculturas y construcciones dedicadas a quien muchos califican como Madre de la Patria.
Monumento a la heroína cubana Mariana Grajales Cuello.
Viniste al mundo en Oriente,
de Teresa y de José;
de los dos nació tu fe
patriótica cual torrente.
De ti se forjó un valiente
manojo de héroes, hermana.
Eres la savia, temprana
Que enriqueció nuestra historia
La raíz de nuestra gloria:
RAÍZ DEL ALMA CUBANA.
Periodista cubano Luis Hernández Serrano
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Santiago de Cuba
Deja que los muertos entierren a sus muertos
¡Es Santiago de Cuba!
¡No os asombréis de nada!
¡Por allí anda la madre de los héroes!
¡Por allí anda Mariana!
¡Estaréis ciegos
si no veis ni sentís su firme y profunda mirada...!
¡Estaréis sordos si no escucháis sus pasos;
si no oís su tremenda palabra!
“¡Fuera! ¡Fuera de aquí!
¡No aguanto lágrimas!”
Así exclamó aquel día, junto al cuerpo de Antonio
— ¡de Antonio, nada menos, que sangraba
herido mortalmente!— cuando todas
las mujeres allí gemían y lloraban...!
“¡Fuera! ¡Fuera de aquí!
¡No aguanto lágrimas!”
¡Es Santiago de Cuba!
¡No os asombréis de nada!
Allí las madres brillan
como estrellas heridas y enlutadas.
Recogieron el cuerpo de sus hijos
derribados por balas mercenarias,
y, después, en la llama del entierro,
iban cantando el himno de la Patria.
¡También lo iban cantando, junto a ellas,
el corazón, sin sueño, de Mariana...!
“¡Fuera! ¡Fuera de aquí!
¡No aguanto lágrimas!”
Hay muertos que, aunque muertos, no están en sus entierros;
¡hay muertos que no caben en las tumbas cerradas
y las rompen, y salen, con los cuchillos de sus huesos,
para seguir guerreando en la batalla...!
¡Únicamente entierran los muertos a sus muertos!
¡Pero jamás los entierra la Patria!
¡La Patria viva, eterna,
no entierra nunca a sus propias entrañas...!
¡Es Santiago de Cuba!
¡No os asombréis de nada!
¡Los ojos de las madres están secos
como ríos sin agua!
¡Están secos los ojos de todas las mujeres!
Son fuentes por la cólera agostadas
que están oyendo el grito
heroico de Mariana:
“¡Fuera! ¡Fuera de aquí!
¡No aguanto lágrimas!”
¡Venid! ¡Venid, clarines!
¡Venid! ¡Venid, campanas!
¡Venid, lirios del fuego,
a saludar las rosas de vuestras propias llamas!
Manuel Navarro Luna, agosto de 1957
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Decir Mariana
es decir tronco fuerte, inmenso,
es decir cedro, majagua, ceiba umbrosa,
es decir, árbol que se abre en muchas ramas.
Es decir, trece frutos maduros y mambises,
es decir muralla ante las tempestades
desafiantes a violentos huracanes,
es decir firmeza, valor
raíces profundas de selva y de manigua.
Educadora cubana, doctora Lidia Turner.Junio, 1988.
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La patria fue para usted
lo primero... e insobornable
fue el amor que le brindó,
hasta su último instante.
Hasta de su vientre pródigo
supo su fruto brindarle,
dando uno a uno, sus hijos,
cual su tesoro más grande.
La actriz, ya fallecida, Magaly Alou
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Repatriación, Canto patriótico
Hoy venimos a cantarle
como buenos ciudadanos,
porque tu eres el baluarte.
del noble pueblo cubano.
Partiste a tierras extrañas
en un bélico navío,
en busca de las entrañas
que nos hurtó el Hado impío.
Con ansia y lleno de amor,
cruzaste el mar proceloso,
por repatriar con honor
los restos hechos blancor
de la madre del Coloso.
Por eso en himnos triunfales
dijo el bardo peregrino,
que repatrió a la Grajales
el Concejal Palomino.
Pues desde tierra lejana
Y a manera de trofeo,
Trajiste en clara mañana
A la madre de Maceo.
Y en pago, el pueblo sensato
te expresa su frenesí,
pues realizaste el mandato
más hermoso de Martí.
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La cubanísima Mariana Grajales,
Cubana de todos los tiempos, la mambisa,
Vienes a mi cuenta tal como eres:
Virtuosa, iluminada por tu luz de aurora.
Tu talla te distingue.
Tu maternidad fecunda, / Abonó esta tierra
Con una estirpe de titanes / La estirpe de los Maceo.
Mariana / La cubanísima, / Tu voluntad de acero,
Tu coraje sin límites, / Te llenaron de gloria.
Perdiste tus hijos uno a uno. / Sufriste, sí.
Sufriste mucho, / Pero supiste ocultar tus lágrimas
Apretando el corazón ante la herida.
Tu fuerza espiritual, / Tu valor sentimental
Hicieron gala ante la tropa.
Por eso ayer, hoy y siempre / Nos inclinamos ante ti
Por ser símbolo de valentía y coraje.
La historia ha eternizado tu efigie, / Madre guerrillera.
Tu sentimiento bravo / Presente está.
Esta tierra de cubanos / Inspirados en ti reafirma,
Madre de todas las generaciones,
Cuba es una tierra de Marianas.
Poema dedicado a Mariana de la autora Regla Ojito.
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Forja de acero y bronce
De miel y espiga
Ella acuñó en su pecho
La epopeya redentora
De niña jugó con las estrellas
Con la que a sus hijos,
De hombre coronó
De moza fraguó en su seno
Semillas de héroes,
Germen de fuego
Que en batallas gloriosas
Forjaron la patria.
Mariana, madre y compañera
Por los caminos de la manigua
No exhaló un suspiro, ni una queja
Ni una lágrima a sus ojos asomo
Madre Mariana
Arenga en el dolor
Mambisa en el combate.
Mariana
Mariana Grajales,
Gracia de mujer
Que se trocó en madre
Fecunda generatriz de la patria
De cuyos frutos se nutrió la historia
¡Oh, Mariana!
Un lucero de tu frente alzado al futuro
Brillará por siempre
Paradigma de otras madres
Que siguiendo tus huellas
Forjaron sus hijos en otros combates
En otras latitudes
¡Oh, Mariana!
Gloria de tu nombre,
Gloria de tu vientre sagrado
Donde incubó la rebeldía de un pueblo.
María Esther Metius. Junio, 1988.
Fuente: Libros Mariana, Raíz del Alma cubana, de Adys Cupull Reyes y Froilán González García e Historia de una familia mambisa, de Nidia Sarabia.