Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Hasta el 570

Editorial en décimas de Juventud Rebelde*

Autor:

Juventud Rebelde

Damos gracias a la vida

porque siguiendo adelante,

lo que expresó el Comandante

es una verdad cumplida.

Volvieron los de aguerrida

convicción y piel de acero,

y el pueblo, cual guerrillero

heroico pidiendo gloria

ha alcanzado la victoria

a las puertas de otro enero.

San Lázaro el diecisiete

no necesitó un bembé,

puso a la historia de pie

sin empuñar el machete.

Volvió a correr Martinete

en contienda esperanzada,

renació Villena en cada

pupila insomne sin grietas,

y hablaron las escopetas

otra vez en el Moncada.

Toda la Patria cubana

en sonrisa se convierte,

si no hay abrazo más fuerte

que el de Gerardo y Adriana.

Besos guardados desgrana

Elizabeth por Ramón,

y Mirta, con devoción

mantiene a Tony a su lado.

Los Cinco ya han regresado:

¡Cuba vibra de emoción!

Se va el 14 en los ríos

de un festivo movimiento,

y se observa el nacimiento

de un año con nuevos bríos.

Junto a otros desafíos

la juventud, con fusil

de ideas está febril,

y revisará por eso,

en su décimo Congreso,

la realidad juvenil.

Busca esta organización

de jóvenes comunistas

tener entre sus conquistas

mayor participación,

apoyo a la dirección

histórica, siempre fiel;

busca cumplir su papel

en cada espacio creado

con el inmenso legado

de Raúl y de Fidel.

Porque con este relevo

más promisorio y valioso,

el árbol que está canoso

encuentra un retoño nuevo.

No pierde rayos el Febo

si nace en él otra estrella,

y esta es, con clara huella

la juventud miliciana,

de los hijos de Mariana,

de José Antonio y de Mella.

Aún debe la economía

tomar rumbos más certeros,

resolver los derroteros

para el cambio que se ansía.

Que crezca así la alcancía

junto con la producción,

y con la actualización

avance la sociedad,

el orden, la calidad,

la cultura y la instrucción.

La Patria, como nación

firmemente seguirá

con sus preceptos, y está

abierta a la integración,

También la cooperación,

se convierte en arma fiel

de un continente al nivel

de los sueños de Martí,

y un Chávez que vive aquí,

en el pecho de Fidel.

Este año fue La Habana

capital de la hermandad,

se volvió comunidad

de la América martiana.

Caricom, Celac, temprana

luz que convoca a vencer,

y con el ALBA, que ayer

Chávez llevó de la mano,

está el sur americano

mirando el amanecer.

Y si hablamos de deporte,

en los Centroamericanos

el afán de los cubanos

hizo su mayor aporte.

Posición de honor, soporte

de dignidad y derecho,

de patriotismo, y estrecho

sentido de cubanía,

cuando el caimán se ponía

las medallas en el pecho.

La OMS pidió

ayuda para luchar

contra el ébola, y a ese andar

Cuba no dijo que no.

Como siempre respondió

con sus hijos más osados,

mandó médicos, soldados

de bata blanca hasta el ruedo,

para socorrer sin miedo

a los más necesitados.

Porque cuando pide un niño

las manos de algún doctor,

debe curarse el dolor

con recetas de cariño.

Caricia cubana, guiño

de grata sinceridad.

Y es que en esa voluntad

de sanar con fe sentida

se puede perder la vida,

pero no la dignidad.

Renueva sus esperanzas

la Mayor de las Antillas,

y florecen sus semillas

en patrióticas labranzas.

Cuando sobran las confianzas

no hay 12 meses pequeños,

pues con tareas y empeños

oliendo a triunfo de abril,

en el alma juvenil

no pueden faltar los sueños.

Diciembre olvida el granizo

y ante el cielo más azul,

sigue sembrando Raúl

árboles de compromiso.

En estos tiempos, preciso

es mantener la sonrisa,

para que con la premisa

de honrar la histórica huella,

nuestra enseña, la más bella

del mundo, peine la brisa.

Juventud Rebelde mira

a un pueblo que no se cansa

de luchar, porque así alcanza

la victoria a que se aspira.

Por este pueblo respira

y escribe con claridad,

plasma en papel la verdad,

entre renglones platea

y a toda Cuba desea

salud y prosperidad.

Risa, festejo, alegría

mar de gente por las calles,

soles pintando los valles,

montañas de rebeldía.

Con los barbudos de guía

pasaremos de 60,

y perderemos la cuenta,

porque con el batallar

del pueblo, hemos de llegar

hasta el 570.

(*) Estos versos son de la autoría de la joven periodista mayabequense Yunet López Ricardo

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