Obra Bandera, (acrílico sobre lienzo), de Alberto Sautúa. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 06:00 pm
Damos gracias a la vida
porque siguiendo adelante,
lo que expresó el Comandante
es una verdad cumplida.
Volvieron los de aguerrida
convicción y piel de acero,
y el pueblo, cual guerrillero
heroico pidiendo gloria
ha alcanzado la victoria
a las puertas de otro enero.
San Lázaro el diecisiete
no necesitó un bembé,
puso a la historia de pie
sin empuñar el machete.
Volvió a correr Martinete
en contienda esperanzada,
renació Villena en cada
pupila insomne sin grietas,
y hablaron las escopetas
otra vez en el Moncada.
Toda la Patria cubana
en sonrisa se convierte,
si no hay abrazo más fuerte
que el de Gerardo y Adriana.
Besos guardados desgrana
Elizabeth por Ramón,
y Mirta, con devoción
mantiene a Tony a su lado.
Los Cinco ya han regresado:
¡Cuba vibra de emoción!
Se va el 14 en los ríos
de un festivo movimiento,
y se observa el nacimiento
de un año con nuevos bríos.
Junto a otros desafíos
la juventud, con fusil
de ideas está febril,
y revisará por eso,
en su décimo Congreso,
la realidad juvenil.
Busca esta organización
de jóvenes comunistas
tener entre sus conquistas
mayor participación,
apoyo a la dirección
histórica, siempre fiel;
busca cumplir su papel
en cada espacio creado
con el inmenso legado
de Raúl y de Fidel.
Porque con este relevo
más promisorio y valioso,
el árbol que está canoso
encuentra un retoño nuevo.
No pierde rayos el Febo
si nace en él otra estrella,
y esta es, con clara huella
la juventud miliciana,
de los hijos de Mariana,
de José Antonio y de Mella.
Aún debe la economía
tomar rumbos más certeros,
resolver los derroteros
para el cambio que se ansía.
Que crezca así la alcancía
junto con la producción,
y con la actualización
avance la sociedad,
el orden, la calidad,
la cultura y la instrucción.
La Patria, como nación
firmemente seguirá
con sus preceptos, y está
abierta a la integración,
También la cooperación,
se convierte en arma fiel
de un continente al nivel
de los sueños de Martí,
y un Chávez que vive aquí,
en el pecho de Fidel.
Este año fue La Habana
capital de la hermandad,
se volvió comunidad
de la América martiana.
Caricom, Celac, temprana
luz que convoca a vencer,
y con el ALBA, que ayer
Chávez llevó de la mano,
está el sur americano
mirando el amanecer.
Y si hablamos de deporte,
en los Centroamericanos
el afán de los cubanos
hizo su mayor aporte.
Posición de honor, soporte
de dignidad y derecho,
de patriotismo, y estrecho
sentido de cubanía,
cuando el caimán se ponía
las medallas en el pecho.
La OMS pidió
ayuda para luchar
contra el ébola, y a ese andar
Cuba no dijo que no.
Como siempre respondió
con sus hijos más osados,
mandó médicos, soldados
de bata blanca hasta el ruedo,
para socorrer sin miedo
a los más necesitados.
Porque cuando pide un niño
las manos de algún doctor,
debe curarse el dolor
con recetas de cariño.
Caricia cubana, guiño
de grata sinceridad.
Y es que en esa voluntad
de sanar con fe sentida
se puede perder la vida,
pero no la dignidad.
Renueva sus esperanzas
la Mayor de las Antillas,
y florecen sus semillas
en patrióticas labranzas.
Cuando sobran las confianzas
no hay 12 meses pequeños,
pues con tareas y empeños
oliendo a triunfo de abril,
en el alma juvenil
no pueden faltar los sueños.
Diciembre olvida el granizo
y ante el cielo más azul,
sigue sembrando Raúl
árboles de compromiso.
En estos tiempos, preciso
es mantener la sonrisa,
para que con la premisa
de honrar la histórica huella,
nuestra enseña, la más bella
del mundo, peine la brisa.
Juventud Rebelde mira
a un pueblo que no se cansa
de luchar, porque así alcanza
la victoria a que se aspira.
Por este pueblo respira
y escribe con claridad,
plasma en papel la verdad,
entre renglones platea
y a toda Cuba desea
salud y prosperidad.
Risa, festejo, alegría
mar de gente por las calles,
soles pintando los valles,
montañas de rebeldía.
Con los barbudos de guía
pasaremos de 60,
y perderemos la cuenta,
porque con el batallar
del pueblo, hemos de llegar
hasta el 570.
(*) Estos versos son de la autoría de la joven periodista mayabequense Yunet López Ricardo