Manolito Simonet, uno de los impulsores de la gira Artex por los barrios, expresa que es un proyecto integrador, que suma a artistas de todas las tendencias de la música popular. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:53 pm
Es todo un misterio que nunca hemos podido descifrar. Las cuatro paradas musicales de la gira Artex por los barrios tienen como antesala un auditorio desolado. Sin embargo, cuando el son se adueña del escenario, una multitud baila sin parar, y ni la lluvia o el intenso calor los aleja de las plazas públicas.
Precisamente esa iniciativa, que se comenzó a materializar en abril último en la Plaza Roja del municipio de Diez de Octubre, en la capital, y que se realiza con una frecuencia mensual, va tomando fuerza y recuerda un fenómeno similar, apreciado en la década de 1990 en la Isla, cuando el denominado boom de la salsa colmaba los vecindarios de las ciudades y pueblos.
Aquel momento de efervescencia musical fue entendido como la expansión de la timba. El nombre de esa tendencia melódica fue dado por estudiosos y practicantes a todo un movimiento cuya estética definió Paulo FG en estas mismas páginas como «la fusión de estilos como la rumba, y de otros foráneos como el jazz». (Léase Quien pregunta lo que no quiere, encuentra lo que no debe, entrevista a Paulo FG, publicada en Juventud Rebelde, el 2 de diciembre de 2008)
Un nuevo proyecto surgió al calor de las reflexiones de varios pesos pesados de la música popular bailable. Tres de ellos comenzaron a materializarlo: Manolito Simonet, Elito Revé y Maykel Blanco. Al mismo se han sumado importantes figuras del pentagrama nacional como el maestro Adalberto Álvarez, Pachito Alonso, Georgia Aguirre, Tania Pantoja, Laritza Bacallao, Alain Daniel y Juan Guillermo Almeida, más conocido en los escenarios como JG.
Una voluntad institucional, garantizada por Artex —entidad que con la iniciativa también festeja su cuarto siglo de existencia—, respalda a estos músicos que ya han visitado a sus seguidores, además de en la mencionada Plaza Roja, en el área lateral del Estadio Latinoamericano (Cerro), la Plaza África, de Alamar (Habana del Este) y la intersección de las calles 7ma. y Doble Vía (Boyeros). Esta última presentación ocurrió el pasado 19 de julio.
La mirada de los artistas
La visión de Manolito Simonet es integradora. No desea privar al púbico de esa diversidad sonora que permea la música popular bailable de hoy en día. «Solo digo, acota, que Artex por los barrios tiene como vaso interlocutor a las grandes agrupaciones».
El líder del Trabuco no estaba seguro, cuando lo entrevistamos en la Plaza Roja, de si realmente estos conciertos tienen que ver con lo que acontecía en los años 90. «Ahora nos unimos varias agrupaciones para que la gente tenga la posibilidad de bailar en su barrio, con los grupos que prefiere y que hace mucho tiempo no pueden hacerlo así, en vivo», explica.
Humberto Cruz, presidente de Artex, ofrece aun más detalles: «Se nos ocurrió el proyecto para celebrar el aniversario 25 de nuestra entidad y quisimos que hubiera, además, opciones gastronómicas sin alcohol. Porque esta es una actividad que consideramos un regalo para la población».
Para Elito Revé se trata de mostrar ese fuerte movimiento de «la música popular bailable y que se corresponde con que Cuba es una potencia musical». Su colega Maykel Blanco lo apoya al subrayar que no hay nada mejor que el contacto directo con la gente. De ahí que cada presentación deviene manera ideal de exponer ese trabajo y el público disfruta de los éxitos de las orquestas en cartelera.
Blanco apuesta porque este periplo pueda contribuir a incentivar el gusto por la música popular. «Voy a ser sincero, creo que en los años 90 había un mayor interés del público», reconoce.
Sin embargo, el director de Salsa Mayor destaca el papel que desempeña la gira como una de las acciones que pueden motivar a los bailadores, aunque siente que nuestra sonoridad todavía «está en los genes del cubano».
«Lo que sí es importante es que la música nuestra, que nos ha llevado al mundo entero y nos representa, no pierda su lugar aquí», afirma el autor de La calle y El songo de todos.
¿Convocan ahora?
Denominadas orquestas de alta convocatoria, las agrupaciones de la música popular bailable han tenido un reto en 2014: enamorar a sus seguidores nuevamente con su arte en la mejor escena, esa que es natural y mide cual termómetro melódico, si lo que hacen es atractivo y válido o no.
Ese ha sido el «sutil» desafío que la gira Artex por los barrios en La Habana ha impuesto a los artistas que participan en ella. Amén de los disímiles soportes promocionales que se utilizan en la actualidad —ya sean los medios de comunicación tradicionales, la discografía e Internet—, este tipo de música necesita de estos espacios sistemáticos para encontrarse con el bailador cubano, su destinatario ideal, musa de cada uno de esos temas.
En estas cuatro paradas musicales hemos percibido el poder comunicativo de una Tania Pantoja carismática, que consigue hablarles a mujeres y hombres sobre la igualdad de género, basada en el respeto mutuo en la pareja. También se apreció cómo la legendaria Anacaona supo desdoblarse e incluir en su repertorio a la llamada música alternativa, tomando como referente el gusto popular de la comunidad de Alamar.
Se ha visto a JG con su trabajo de percusiones y el uso de soportes audiovisuales en el espectáculo; a Alain Daniel, y Maykel Blanco y Salsa Mayor con su discurso contemporáneo, compartiendo escenarios con consagradas formaciones musicales como la Revé, el Trabuco y Adalberto Álvarez y su son.
Ya hacía la observación Michel Tejeda en Boyeros, hace solo unos días: «Venga el género que venga, las raíces siguen siendo las nuestras». El joven de 29 años insiste en que el son no está pasado de moda, y una prueba es que sus coetáneos vienen a estos espacios, que por cierto, deben tener una mayor frecuencia.
Un quinto concierto se ha anunciado. Será en la Tribuna Antiimperialista José Martí, como cierre de oro del verano, el venidero 30 de agosto. Mientras, los organizadores han adelantado que le seguirá el municipio de Playa, en septiembre.
Aún sin generar todo el impacto mediático que merece, la gira Artex por los barrios es un proyecto al que debería prestársele mayor atención. A pesar de que sus proyecciones son las de celebrar el onomástico de la entidad, esta es una iniciativa que debiera trascender en el tiempo, sistematizarse y, por qué no, extenderse a otros puntos de la geografía nacional. Por lo pronto, ya demuestra que cuando se unen voluntades institucionales y creativas, es el público el mejor beneficiado.