Cantus Nostrus. Autor: Roberto Morejón Guerra Publicado: 21/09/2017 | 05:45 pm
La singularidad de una obra musical está dada por su constitución melódica y también por su interpretación. Cuando ambos elementos tienen un resultado exitoso, estamos en presencia de un espectáculo aleccionador.
Pensaba en ello cuando la agrupación coral cienfueguera Cantus Nostrus, integrada por artistas aficionados, cerró el Consejo Nacional de la Brigada José Martí (BJM). Una singular pieza, Como me gusta hablar español, de Pedro Luis Ferrer, resaltó no solo por la orquestación de Conrado Monier hecha para música coral, sino también por el acople de las voces de la agrupación de la Perla del Sur.
Detrás de la actuación de Cantus Nostrus —por cierto, resultó merecedor del Gran Premio Escaramujo de la BJM— hay una labor constante y que despierta el interés de no pocos instructores de arte, a quienes moviliza el propósito de reverdecer los festivales de artistas aficionados, como señalaron en los debates que sostuvieron este fin de semana en la capital.
Los brigadistas tienen un trabajo sólido en escuelas, comunidades y casas de Cultura del cual ofrecieron una muestra el pasado sábado en el Teatro Nacional, en ocasión de la ceremonia de entrega de su máximo galardón.
Mas no basta con los deseos, de ahí la justeza del reclamo de la santiaguera Sandra Chibás en la reunión, al señalar que la Isla cuenta «con un movimiento de artistas aficionados que es un potencial más para las agrupaciones profesionales, pero todavía no tenemos condiciones para trabajar mejor con ellos».
Chibás dijo que, con recursos mínimos, su grupo se presenta en carnavales y actividades organizadas en Segundo Frente; y aunque no ha recibido aún instrumentos musicales nuevos, está en la preferencia de su comunidad porque conjuga en su repertorio lo más genuino de nuestra sonoridad con los gustos de la gente que reside allí.
Como una radiografía interna del movimiento juvenil fue visto este cónclave, que llevó también la pauta trazada por la BJM en una década de labor y donde la superación profesional se erigió como otro de los tópicos más debatidos.
De la autopreparación a la búsqueda de conocimientos en cursos y posgrados, del papel que desempeñan instituciones —como los centros de Superación para la Cultura— y profesionales del arte destacados, dialogó la membresía de la Brigada.
La cultura chatarra puede tener un impacto devastador en el público, de ahí la necesidad de mostrar valores genuinamente artísticos en las propuestas de los instructores y otros actores que promueven el arte, como indicó Yurisan Herrera.
«Contribuimos a fomentar el gusto y es un llamado que hacemos. Debemos luchar contra la cultura chatarra como mismo se propuso la Asociación Hermanos Saíz y promocionar lo verdadero, lo cubano», dijo Herrera, quien labora en Consolación del Sur, Pinar del Río.
Precisamente el arte es un vehículo idóneo para fomentar valores estéticos y éticos. De ahí que Rafael Bernal, titular del sector, resaltara las amplias potencialidades de la cultura como «arma para vencer el deterioro de la conducta social».
Bernal recordó esa idea de Fidel en la que se resaltaba el papel de los brigadistas como misioneros de la cultura y el humanismo en las escuelas y las comunidades.
El Ministro dijo que es necesario consolidar la figura del instructor de arte, «brindarle todo el apoyo, como bien han señalado muchos aquí, en sus condiciones de trabajo y en su propia preparación», e instó a estos profesionales a continuar su labor, la cual es meritoria y sagrada.
Una vocación martiana debe acompañar el hacer diario de la BJM, aseguró Abel Prieto Jiménez, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. En su intervención en esta reunión, celebrada el fin de semana último en la Escuela Nacional de Cuadros de la UJC, Prieto Jiménez validó que esa dualidad educativa y artística del instructor puede ser útil para vencer lastres como las indisciplinas sociales, un tema tratado en varios discursos de Raúl.
Como bien señaló Abel, los brigadistas juegan un papel decisivo para combatir actitudes que evidencian el deterioro de las relaciones entre las personas, pues ellos también tienen la tarea de llevar la cultura de la educación a su entorno.
Al Consejo Nacional de la BJM asistieron además César Joel Suárez, vicejefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido; Rogelio Montero, funcionario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros; y Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria de la UJC; así como dirigentes de organizaciones juveniles y relacionadas con la cultura.