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Geometría orgánica de Diago…

Para conocer lo nuevo del artista, pueden acercarse al Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, donde se presenta su exposición El poder de tu alma

Autor:

Toni Piñera

Como sucede muchas veces en la plástica, se nos presenta una especie de narración compleja, en ocasiones hasta anacrónica, o una síntesis que roza el minimalismo y nos obliga a imaginar lo no representado o, a la inversa, representar lo inimaginable…

En su actual exposición El poder de tu alma que está abierta en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam (La Habana Vieja), Roberto Diago nos pone frente a lo indescifrable, lo primitivo, oculto…, en un conjunto de trabajos actuales que aunque son deudores de su quehacer anterior proponen ahora una síntesis de su iconografía con un cierto matiz abstracto.

Recurre a materiales orgánicos y naturales: madera, metales, nudos que recontextualiza y, al mismo tiempo entremezcla para ir armando un lenguaje particular de estructuras que dialogan entre sí y ponen en tensión los elementos utilizados; amén de proponer en sus piezas un equilibrio entre la civilización contemporánea y aquellas expresiones más primitivas de la cultura humana. Es que en el tiempo, Diago ha tenido curiosidad en observar/estudiar aquella parte de la cultura nuestra (en particular afrocubana) que hemos tenido en el pasado y que ha llegado hasta hoy. Pero pasando por un tamiz personal para expresarlo artísticamente de una manera mucho más contemporánea. Apareciendo el creador como una suerte de vehículo, vínculo o enlace con una cultura que le pertenece…

Roberto Diago (La Habana, 1971) es sin dudas, uno de los más genuinos e importantes valores de la plástica cubana contemporánea, y un caso singular de positiva descendencia artística que, generalmente, no resulta siempre válida para reafirmar la conocida frase: «de tal palo, tal astilla», en referencia a la obra de su abuelo, Roberto Diago (La Habana, 1920-Madrid, 1955), pintor, dibujante, escultor y grabador, quien a pesar de su corta existencia dejó una obra de envergadura. Él ha sabido ganarse, a fuerza de tesón y mucha inteligencia, un elevado lugar en el arte actual, tanto en la manera personal y original que muestra a la hora de trabajar en sus sólidas creaciones en las que aflora un sistema iconográfico que dibuja lo cubano, y donde pone en juego motivos, ambientes y situaciones de la cotidianeidad para decir en arte, como en la manera hábil por la que lleva su carrera artística.

Une filosofías, razas, culturas, como fiel heredero de las tradiciones del Caribe y de Cuba, en el estrecho marco del cuadro para componer una obra neoexpresionista, posmoderna, cuya operación artística tiene rastros también del ritmo primitivo. Con tintes de sugerente misterio, dado por las tonalidades que se mueven entre el negro y los ocres, con algún que otro matiz, Diago entrega estas pinturas actuales, realizadas —la gran mayoría— sobre madera, metal y otras superficies, para hacerla más natural y cercana a nosotros, amén de la textura que le proporciona.

En El poder de tu alma, equilibrada y con una curaduría-museografía de alto nivel estético —cámara negra, luces, perfecta armonía de las piezas, originalidad en la manera de mostrar las obras, que dialoga perfectamente con lo allí expuesto—, podemos evidenciar que «desde una visualidad mucho más próxima a la abstracción, Diago prescinde del elemento textual, figurativo y anecdótico en virtud de resaltar las cualidades y/o la carga poética previamente implícita en el material seleccionado, destaca el aspecto constructivo y estructural de la obra...», como expresa en las palabras de la muestra Marilyn Sampera.

Un arqueólogo de lo visible e invisible

Portadores de un «ADN» cultural, temporal y anecdótico, los materiales que son al mismo tiempo superficies y partes implícitas de sus obras actuales, traen consigo una carga de historia. Porque su trabajo no es solamente forma en el espacio, sino materia que se realza, enaltece y proyecta en arte. Es un diálogo de asociaciones y de oposiciones, blando-duro, objeto-sombra. Pinturas que podrían ser también esculturas o estados de relación, de cuidadosa elaboración, de realización lenta y trabajosa como puede ser el gesto de los tejidos que se entrelazan en muchas superficies. Es, en una palabra una original exposición, pero también un genuino espectáculo artístico. Y por la manera en que son presentadas las piezas, en que el espacio se ha formado a partir del gesto íntimo/privado del artista, podemos reconocer que Roberto Diago posee un oficio que hace del material utilizado un instrumento sumiso en sus manos. Una especie de geometría orgánica de una labor minuciosa donde recortar maderas o unirlas se transforma también en un acto ritual. Además de que su obra trasciende por medio de su expresión y rompe con las barreras de lo conocido para hacer de su acción algo vigente, más allá de las épocas y el tiempo...

En El poder de tu alma, sus obras, además de reflejar imaginación/creatividad en el uso de elementos reciclados, demuestran una significativa carga poética y un urgente mensaje humanista. El artista busca sugerir una historia a partir de los objetos utilizados, de manera que, a través de ellos, atrapa una mínima fracción de tiempo, y nos pone ante él para completar su misterio, e inventemos un antes y un después. No hay dudas, Roberto Diago lanza los misterios de su discurso artístico desde una posición naturalista y también abstracta para que nos sea más difícil descifrarlos...

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