Sergio Vitier ha expuesto en una decena de composiciones los elementos estéticos y sonoros que matizan su obra. Los ha reunido en Cruce de caminos, un exquisito volumen que Producciones Colibrí presentó este viernes en la capital, y cuya trascendencia, como ha dicho su protagonista, también radica en la calidad de los artistas que forman parte del mismo.
Vitier revisita allí Las amargas verdades, un sensible y «difícil de interpretar» tema de Sindo Garay, y para ello ubica la voz inigualable de Omara Portuondo; mientras que con Chucho Valdés recorre Nocturno de La Habana, una pieza suya dedicada al músico Felipe Dulzaides. Otras obras toman igualmente una gran relevancia en el compacto, como lo son Danzón Flora, Son lírico, Bolero antiguo y Guajira intensa.
En el fonograma intervienen igualmente figuras de la escena melódica nacional de la talla de los pianistas Ernán López-Nussa y José María Vitier, el saxofonista Javier Zalva, el tresero Pancho Amat y el percusionista Amadito Valdés; quienes comparten con jóvenes artistas como Harold López-Nussa y Floraimed Fernández, entre otros.
Cruce de caminos, digno homenaje al percusionista Tata Güines, incluye fotografías del momento de grabación del CD y un documental que relata el proceso interpretativo de las piezas escogidas para el álbum, dirigido por Lourdes de los Santos.
Sergio Vitier no descartó la posibilidad de ofrecer un concierto con los temas del disco, aunque reconoció que los compromisos nacionales e internacionales de los participantes pudieran lacerar la idea.
«Pero, definitivamente, tenemos la voluntad de hacer el concierto. Lo haremos», sentenció el artista, quien celebró su cumpleaños con la presentación de este nuevo volumen.