Con un 2012 tan superactivo y una Casa del Joven Creador (CJC) que padece de «insomnio», dueña de una programación artística y cultural regida únicamente por la calidad, la filial de Camagüey de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) decidió, para ser consecuente con su accionar, cerrar por todo lo alto con la Feria de Jóvenes Creadores Golpe a golpe, que se desarrolló entre el 17 y 23 de diciembre.
Magnífica manera esta de reunir en un mismo espacio a los artistas de las diferentes manifestaciones que representan la vanguardia del arte joven en el territorio, y así comenzar con nuevos bríos y proyectos el 2013, cuando tendrá lugar el esperado II Congreso de su organización.
«Se trata de una jornada que apuesta no solo por proponer acciones culturales que enriquezcan la espiritualidad de todos, sino que invita a que reflexionemos sobre la labor realizada hasta el presente, el modo en que promovemos la obra de nuestros asociados, la programación y la forma en que llevamos el mejor arte a las comunidades que más lo necesitan, y así mirar hacia el futuro. Es por ello que organizamos el foro interactivo El quehacer de los jóvenes artistas camagüeyanos en el año 54 de la Revolución. Retos, proyectos y perspectivas para el 2013», explicó a JR Yunielkis Naranjo Guerra, presidente de la AHS en la provincia.
«No hemos querido dejar a un lado tampoco la superación de asociados y trabajadores de la CJC, como vía para desplegar un trabajo más fuerte y efectivo; una puerta que también dejamos abierta a los asiduos a nuestras actividades.
«Así, con el apoyo de instituciones culturales y Centros Provinciales de Superación, se ofrecieron cursos para realizadores de sonido, de bibliotecología, producción de espectáculos, ética y estética, promoción de la actividad cultural, fotografía digital, formación de dependientes gastronómicos para instalaciones como la nuestra, por solo mencionar algunos».
Verdadera cita de las artes, la Feria le dejó a la música, cuya presencia fue protagónica, la responsabilidad de un cierre que será recordado por buen tiempo, a cargo de Rumbatá. Bajo la dirección de Wilmer Ferrant Jiménez, esta —entre las agrupaciones más paradigmáticas de Cuba cultivadoras de la rumba— ofreció un recital donde el guaguancó, la columbia, el yambú... regalaron a nuestros oídos y pies una fiesta cubanísima.
Destacados resultaron igualmente los conciertos ofrecidos por Norly y su grupo; Reynaldo Rodríguez y su Hierro y Cristal; Ksabe Blues, Harold Díaz Pedraza y Punto de giro; los proyectos Evenecer, Tempo De Corda, Sangre Gitana, Ébano y Marfil y La Skina (este último un magnífico exponente de la cultura hip hop) y la banda Factoría.
Como de costumbre, fue muy grato redescubrir la voz potente y siempre afinada del trovador Antonio Batista, miembro de honor de la AHS, haciendo una vez más suyos clásicos compuestos por Silvio, Pablo, Gerardo, Varela..., mientras quedé impresionado por el trabajo vocal y los arreglos de una agrupación de la cual ya me habían hablado, pero que no había visto actuar, comandada por el tunero Carlos Dragoní (voz y guitarra acompañante), a quien secundan: Jesús Jomarrón (guitarra líder y director musical), Jorge Bodaño (bajo eléctrico), Osvaldo Arébalo (batería) y Wanda López (vocalista).
Cada vez más, Genuina fe, Señales, Alquimia, Tranquilo, Fe, Apología y Vengo son suficientes para poner en evidencia el cuidado que tiene Dragoní a la hora de escribir sus canciones, para que no pierdan lirismo y al mismo tiempo expresen sus ideas, sueños, preocupaciones. Sencillamente sorprendentes los solos de Jesús Jomarrón.
De la fuerza con que cuentan por esta tierra las artes plásticas y la literatura dieron fe la muestra colectiva Ab limitum II, así como espacios al estilo de Trova, poesía y algo más y Leyendo espero por ti, que acogió el café literario La Comarca, donde se dieron cita escritores como Jhortensia Espineta y Jesús Zamora; y la presentación de los títulos Sombras que solo yo veo (selección de poesía publicada por la Editorial Ácana) y La permanencia del viajero, de Leonel Valdivia.
Con piezas concebidas en técnica mixta, óleo y acrílico sobre lienzo o cartulina, y fotografía e impresión digital, en Ab limitum II llamaron poderosamente mi atención obras como Al desnudo, de la serie Ideoestética (Yanel Hernández Prieto), In yourslips (Leonardo Rodríguez Martínez), Los mitos de la ascensión (Miguel Arturo Sarduy), Menos es más (Luillys Guerra), Soporte de un mundo roto (Alexander Hernández) y Autorretrato en rojo VIII (Asniel, «Chuli», Herrera).
Numerosas exhibiciones audiovisuales y actuaciones para el público infantil a cargo del proyecto Karisea y los payasos Pilín y Chocolatiqui, de la sección de artes escénicas, al igual que de Teatro del Prana, para adolescentes y jóvenes, también signaron las largas jornadas, las cuales se extendieron más allá de la CJC para contagiar de alegría a varios centros de altos estudios y diversas comunidades de municipios —como Carlos Manuel de Céspedes, Esmeralda, Sibanicú, Vertientes, Jimaguayú, Sierra de Cubitas y Najasa— donde fue relevante la labor del proyecto sociocultural Golpe a golpe. Porque, como asegura Yunielkis Naranjo, también fundador de estas jornadas hace un lustro, «de nada vale que los noveles creadores concibamos una obra de notables valores artísticos, sin con ella no hacemos mejor la vida de nuestra gente».