En Dobarganes, Silvio, bajo la lluvia, satisfizo a sus seguidores. Autor: Carolina Vilches Monzón Publicado: 21/09/2017 | 05:26 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— Bajo la lluvia, el encuentro de Silvio Rodríguez con vecinos de los barrios de Dobarganes y el Condado devino imagen criollísima de esa empatía solo posible cuando existe identificación recíproca. Allí estuvo este fin de semana, guitarra en mano, el hombre que ha atrapado en la letra y la música de sus canciones anhelos y pasiones sobre nuestra realidad.
Se entiende, entonces, el porqué de esa afinidad raigal que permite sobreponerse al aguacero para estar allí dichosos y entonar, junto a él, esas letras que se saben de memoria y que han pasado de una generación a otra.
La gente volvió a vibrar, una y otra vez, ante Ojalá, Cita con ángeles, Mi unicornio azul, El reparador de sueños, La gota de rocío o Te doy una canción…
Bastó con apreciar el auditorio, arremolinado a su alrededor, para comprender de golpe cómo lo que es capaz de conmover las fibras del corazón lo sienten por igual sus contemporáneos, jóvenes, adolescentes y niños. Porque el cantautor, entre sus canciones de antaño y las más nuevas, se ha forjado una manera de decir que se cimenta en devolvernos una realidad recreada artísticamente, pero coincidente con el criterio numerosísimo y múltiple.
Verdad es que en estos humildes escenarios aflora lo más trascendente: esa riqueza espiritual de sus moradores que está por encima de la mayor o menor bonanza.
Silvio, acompañado por el grupo Trovarroco, con el concierto del sábado en Dobarganes y el domingo en el Condado, completó el número 36 desde que inició en La Habana estas actuaciones en los barrios.
Sus seguidores también se han vuelto avaros de esas canciones porque, más allá de sus metáforas e imágenes, de su subyugante poesía, encarnan pasajes de una época en la que la gente se siente reflejada.