Luisa María Jiménez como Chabela. Autor: Cortesía de Magda Gonzáles Publicado: 21/09/2017 | 05:23 pm
Desde 2010 en que nos entregara Cuaderno de arte, la prestigiosa realizadora Magda González Grau no se colocaba detrás de la cámara. Y no era por falta de proyectos que rodar. Quería tener en el set a dos actrices inmensas: Amarilys Núñez y Luisa María Jiménez, y estaba dispuesta a esperar porque ellas pudieran hacer un espacio en su apretada agenda para protagonizar Añejo 5 siglos.
Pero valió la pena aguardar. Los espectadores se lo agradecerán cuando vean este hermoso cuento en la pantalla doméstica. Se lo pronosticó el aplauso unánime del público que se reunió recientemente en el Multicine Infanta para asistir a la premier de esta obra inspirada en el relato homónimo de la reconocida escritora María Elena Llana.
«Este proyecto venía desde hacía mucho tiempo, explica Magda a Juventud Rebelde. Estaba pensando muy bien el guión ya aprobado, porque implicaba riesgos y necesitaba a las dos actrices que había soñado».
Cuenta la directora de Puertas, Sol y sombra y Clase magistral que desde que leyó Añejo 5 siglos quedó encantada. Sergio Pérez se encargó de la adaptación. «¿Qué me enamoró? Es una historia de ficción que narra el encuentro de dos mujeres con cinco siglos por el medio: Isabel de Bobadilla (La Giraldilla) y Chabela, una cubana de ahora mismo, que vive en un solar de La Habana.
«Me interesó porque, a pesar del tiempo que transcurre entre una historia y otra, existe una coincidencia en cuanto a la visión femenina respecto al abandono, a ese rincón en el que a veces se ubica a las mujeres, quienes supuestamente no deben participar de la aventura y deben esperar. Es muy llamativo cómo en ambas se aprecian intereses, impresiones, posiciones comunes. Eso me atrapó».
El hecho de que Añejo 5 siglos debía sustentarse sobre todo en el guión y las actuaciones acabó por decidirla. «Deseaba darme el gusto de contar con Luisa María Jiménez, con quien no coincidía desde El año que viene; y con Amarilys Núñez, con la cual había hecho algo muy pequeño. Dos divas que vaticinaban un duelo actoral de altura. Me gustó mucho construir los personajes: diferentes y al mismo tiempo cercanos —otros dos magníficos actores soportan dos escenas: Patricio Wood y Omar Franco—. De veras lo disfrutamos. Ya la gente hablará del resultado».
Terminada la programación del verano, Añejo 5 siglos se transmitirá dentro de un nuevo programa que concibe la Televisión Cubana. Sin nombre aún, en este espacio se exhibirán únicamente audiovisuales realizados en Cuba: largometrajes, medio y cortometrajes, documentales..., que provengan no solo de la TVC y el Icaic, sino también de otras productoras del país.
De lujo se vestirá el futuro espacio con esta propuesta de la González, donde sobresalen, además, la dirección de arte, el maquillaje y la peluquería, la ambientación, la escenografía... «Los especialistas estuvieron de maravilla. Y era un reto, porque se trata de una historia “extraña” y me preguntaba: ¿La gente se lo creerá?».
Para lograr la verosimilitud no pocos desafíos tuvo que enfrentar. En primer lugar, admite, dirigir a actrices consagradas como Amarilys y Luisa María. «Ambas asumieron roles que las muestran en cuerdas diferentes a sus anteriores desempeños». Luego menciona el segundo: «La fotografía. En el cuento original, Chabela viaja al pasado, pero en el 1539 no había absolutamente nada construido en La Habana, de modo que había que irse para los arrecifes a filmar, y me parecía una locura. Entonces, decidimos traer a Isabel a la actualidad.
«Realizamos un recorrido con Rafael ‘‘Felito’’ García Lorenzo, director de fotografía, para ver cómo lucía La Habana de noche. Y, lógicamente, la gente pasea por las calles, habla en voz alta... ¿De qué manera las personas podían interactuar con un personaje como Isabel de Bobadilla, que anda vestida y maquillada como en la Colonia, y se comporta según su época.
«Entonces, decidimos inmovilizar ese paisaje, para lo cual utilicé a los muchachos de la Escuela de Pantomima, que realmente se comportaron como estatuas vivientes. La fotografía me fascina. Felito, con solo tres o cuatro bombillos, pero con mucho talento, logra una Habana muy bella, que era lo que yo quería».
Y claro, en medio del bullicio del Centro Histórico, la banda sonora también constituía un «problema». «La vida debía detenerse, enfatiza, no podía haber un radio encendido, ni un escándalo. Y a pesar de ello, solo nos vimos obligados a doblar una escena, que se rodó a las cinco de la tarde en la Plaza de Armas. Toda esa magnífica labor la llevó a cabo Daphne Guisado, quien acaba de egresar de la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA), del Instituto Superior de Arte.
Interioridades
No es la primera vez que la escritora María Elena Llana ve un relato suyo llevado a la pantalla. Antes, hace ya algún tiempo, había sucedido con En familia, que fue rodado en Estados Unidos, y más recientemente la suerte le sonrió a Nosotras, gracias a un trabajo de curso de un estudiante de la Escuela de Cine. «Pero este es un cuento muy querido para mí. Confieso que me ilusiona que la gente joven se entusiasme, y así ocurrió con Añejo 5 siglos cuando lo leí en una tertulia en Guantánamo, rodeada de un público juvenil. Me aplaudieron de pie, y para que un joven te reconozca de esa forma...
«Mira, he trabajado mucho para la radio y algo para la televisión. Sé lo que significa una adaptación. Lo mío es el cuento, lo que aparece en escena es la magnífica labor de Sergio Pérez, quien se entusiasmó con Añejo..., amparado por la dirección de Magda y las excelentes actuaciones. En verdad, me siento muy satisfecha», asegura la también periodista, quien anuncia la próxima salida de sendos libros suyos, a cargo de Gente Nueva y Unión.
En cuanto a la historia que atrapa en Añejo... nos dice: «Se trata de un juego de ficción, histórico, como si fuera una fractura del tiempo. Isabel de Bobadilla se quedó sola cuando Fernando de Soto fue a conquistar la Florida. Él nunca regresó, murió en el Misisipi y ella permaneció esperándolo. Pasó en los principios de la Colonia, pero se repite actualmente. ¿A cuántas mujeres no se les va el marido y se quedan aguardando? Es un cuento que habla del que se va y el que se queda, de la espera, la tristeza y la esperanza, todo junto».
Sergio Pérez, por su parte, es un asiduo colaborador de Magda González. Este es el quinto teleplay realizado a sus órdenes. «Hemos hecho un binomio muy sincero y profesional y nos ha salido bastante bien. Para ella he adaptado o versionado historias de Galeano, de los novísimos de los 90, originales míos... Y el cuento de María Elena me sedujo, sobre todo, por el texto».
De cómo es el proceso para llevar adelante la adaptación, esclarece: «Una cosa es un lenguaje y una estructura literarios, y otra cuando piensas en imagen. Es otro código. No es que defienda que la imagen supera la palabra, pero en este caso palabra e imagen fueron de la mano bastante bien. Obviamente, no por mi trabajo con el guión, sino por la realización. Yo concibo la imagen, pero la labor de Magda es esencial».
Una pieza de lujo
Con Añejo 5 siglos, Luisa María Jiménez se dio un gustazo. «Es algo completamente diferente. No puedo decirte si mi actuación es buena o mala, pero te puedo asegurar que estimula sobremanera la impresión que uno recibe al ver la obra. La TVC necesita muchas propuestas como estas, ya sea porque se trata de otro lenguaje, otra estética, o por el cuidado, la elegancia con la que se trabajó; por el empaque que te invita a verla una y otra vez. Solo hay que dejar hablar a nuestras pupilas», dice la extraordinaria actriz, una eterna inconforme con su quehacer. Y sin embargo, mira con emocionados ojos la labor de su compañera de reparto:
«Amarilys está excelente, al igual que Omar Franco y Patricio. Estoy feliz. Quisiera trabajar de por vida con Magda, porque es una “directoraza”. La respeto y admiro. Con ella se aprende todo el tiempo».
Idéntica es la opinión de la Núñez. «Sin duda, Añejo... es una de las obras más exquisitas que he hecho y visto. Quiero agradecerle a Magda por hacerme parte de un proyecto tan lindo y culto, que desborda un exquisito gusto estético por doquier. Y resultó maravilloso compartir escenas con Luisa María, con Patricio...».
Intensa resultó la preparación de Amarilys para su Isabel de Bobadilla. «Tenía mucho miedo, reconoce. Creo que estaba en todo momento en el precipicio, en la frontera de pasarme, porque ir a una época y, además, hablar como española era un poquito complicado. Te aseguro que me entregué completamente durante varios días. Me aprendí el texto para el primer ensayo, y a partir de ahí empezamos a trabajar con Magda, que no dejó de ser muy exigente, muy “dura”, lo cual agradezco. Porque llegamos al rodaje con toda la seguridad del mundo, y creo que eso se nota».
Por esa profesionalidad más que probada de Luisa María Jiménez y Amarilys Núñez, Magda González Grau prevé convocarlas para su venidero proyecto: ¿Por qué lloran mis amigas? «Esta vez será un cuarteto actoral. De seguro repetiré con mis divas, los otros dos personajes todavía no los tengo. La historia se desarrollará durante una típica reunión de cuatro mujeres después de 20 años sin verse».
—Vuelves una y otra vez sobre la mujer...
—Chico, ¿sabes qué? Me llega, no porque me lo proponga. Yo le decía a la profesora e investigadora Danae Diéguez, defensora de este tema: No soy feminista. No soporto ese feminismo a ultranza. Y ella me «tranquilizaba»: No importa, si al final haces lo mismo, aunque digas que no. Pero es lógico: soy una mujer, y todo lo demás. Claro que me interesan los temas femeninos, porque una no puede rechazar su propia esencia.