La exposición Caballero del Alba se muestra en el Memorial José Martí, de La Habana. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:12 pm
Alba. Primera luz. Amanecer. Agosto. Hombre. Pueblo. Vida. Entrega. Lucha. Amor. Compromiso. Revolución. Desvelo. Claridad. Patria. Sueños. Aurora. Previsión. Mujer. 2011. Futuro.
Esa larga y hermosísima familia de palabras se nos antoja cuando dos artistas y una institución nos convocan para hacernos cómplices del nacimiento de un proyecto que nos revela la feliz coincidencia de cuatro generaciones de cubanos y una misma idea.
Lo confiesan el artista de la plástica Nelson Domínguez, el fotógrafo y camarógrafo Alex Castro Soto del Valle, y Haydée Díaz Ortega, la directora del Memorial José Martí.
Caballero del Alba. Así lo ve esa mujer de exquisita sensibilidad, martiana y fidelista, y no pensó en otro nombre para el proyecto de Nelson y Alex que nació sin proponérselo. Por caminos diferentes, estábamos haciendo lo mismo: adentrándonos en la extraordinaria personalidad de Fidel. Y por ahora, es solo el inicio, obras en estudio, confiesan.
De Nelson, un total de 13 obras —collage, óleos sobre lienzo y ensamblajes en madera— que navegan del pasado al futuro, con el aliento y ese impulso vital que da salir a construir y a conquistar con la primera luz del día.
A Nelson, más que un buen nombre para la exposición, le resulta un título merecido, donde se resume la hidalguía de un hombre cuya vida y obra están iluminadas. Fidel es eso, un Caballero del Alba.
Las cinco obras de Alex son fotos en blanco y negro, ligeramente manipuladas con un efecto parecido a la plumilla. Todas ellas nos colocan, otra vez, pero en una dimensión diferente, ante las inconfundibles manos de Fidel, con esos dedos largos y finos, y con sus ojos y su rostro, y con esa estatura humana, de hombre apegado a la tierra y a su tiempo.
No busco atrapar con mi lente a la figura, sino fotografiar al ser humano, al hombre, a la historia, sus sentimientos… Quiero retratar su alma, nos dice Alex.
«Fidel no es un sujeto difícil para fotografiar, ni tampoco lo tienes que preparar. El que se tiene que preparar es uno. Él siempre está preparado», confiesa.
Se lo debemos a él, al Caballero del Alba. Porque Fidel, como el mejor discípulo de nuestro Apóstol, ha cumplido y cumplirá siempre «con todos y para el bien de todos».