El verano en nuestro país es más que una estación del tiempo, ya que se convierte en una fiesta para el esparcimiento y la recreación sana. Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 05:10 pm
Del Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí los meses que marcan la mitad del año no solo son los más calurosos en Cuba, sino también los más movidos; pues el verano en nuestro país es más que una estación del tiempo, ya que se convierte en una fiesta para el esparcimiento y la recreación sana.
Para ello trabaja arduamente la Comisión Central de Recreación donde, en sesión de trabajo el pasado miércoles en la cual participaron los primeros secretarios de la UJC de todo el país, prevaleció la idea de organizar un verano con propuestas diversas, donde la falta de recursos no extinga la creatividad y los múltiples organismos e instituciones del Estado y el Gobierno se unan y vuelquen su mirada hacia los Consejos Populares.
Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, resaltó la importancia de ver a esta etapa como una de las prioridades de la familia cubana.
En tal sentido Ángel Arzuaga, vicejefe del Departamento Ideológico del Comité Central del PCC, insistió en la necesidad de contar con instalaciones deportivas, educacionales y recreativas —como los Círculos Sociales Obreros o las escuelas— que en ocasiones, por ser el período de vacaciones escolares o no poder ofrecer servicios gastronómicos, se mantienen cerradas.
De igual forma ponderó que las propuestas no solo deben ser diseñadas con vistas a cubrir los fines de semana.
Por su parte, Alberto Juantorena, vicepresidente del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER), reveló que se podrá contar con las instalaciones de varios combinados deportivos y la entrega, como el pasado año, de módulos para la práctica de diferentes disciplinas.
El ministro de Cultura, Abel Prieto Jiménez, subrayó que el verano hay que pensarlo desde el barrio como ese espacio de identidad donde no se puede liquidar la iniciativa popular.
«Hay que tener en cuenta los gustos y las preferencias de las personas sin dejar de proponerles ofertas de alta valía artística», acentuó Abel Prieto, al tiempo que llamó a estimular y potenciar las programaciones culturales no solo con los artistas profesionales, sino teniendo en cuenta además la importante integración del movimiento de aficionados al arte y las Casas de Cultura.