Carlo Frabetti. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:06 pm
Carlo Frabetti, el afamado autor italo-español conocido en el mundo por su vasta obra consagrada a la divulgación científica y por sus libros dedicados a la literatura infantil, participó como invitado a la 20 edición de la Feria Internacional del Libro (FIL).
El escritor de El vampiro vegetariano, El ángel terrible y El cuervo dijo nunca más concedió una entrevista a Juventud Rebelde en un escenario oportuno para quien es también un reconocido matemático: los jardines contiguos a la Facultad de Matemáticas y Cibernética de la Universidad de La Habana, que fueron testigos de reflexiones y confesiones de un hombre que se debate entre la fantasía de la creación y la exactitud de la ciencia.
—¿Qué lo motiva a variar en sus obras el espectro de temas que van desde las ciencias y la literatura universal, hasta el terror y la política?
—Mis artículos sobre la política son producto de la imposición de las circunstancias, de que el mundo vaya mal. Yo no me dedicaría nunca a ella, lo que hago es por pura vocación.
«En cuanto a la literatura, salto de un tema a otro porque en realidad no tengo ninguno favorito, me interesan más los enfoques. Creo que cualquier aspecto puede ser atrayente, instructivo, si se trata del modo correcto.
«Cuando escribo para jóvenes procuro, principalmente, dos cosas: estimular su imaginación y fomentar su espíritu crítico. Vivimos en un mundo donde todos estamos sometidos a un incesante “bombardeo”. No es el caso de Cuba, pero en las sociedades de consumo se envían continuos mensajes y estímulos que embotan el pensamiento. Es fundamental contrarrestar estos males; y mediante la literatura existe un camino para lograrlo, pues creo que la lectura es uno de los pocos espacios de libertad que les queda a los niños, al menos en los países capitalistas».
—Usted se dirige a públicos de todas las edades e intereses, y a través de diferentes medios...
—Creo que lo importante son las ideas: transmitirlas y comunicarlas, y eso se puede conseguir por cualquier vía. A veces la elección del medio se relaciona con las circunstancias. He hecho televisión y teatro cuando llega la oportunidad, y las ganas de escribir nunca me faltan. Para mí lo primordial es contar ciertas historias y expresar determinados pensamientos, no importa el camino que utilice.
—¿Prefiere algún público en específico?
—Me encanta crear para los niños y mayormente a los que rozan los diez años, que ya empiezan a razonar y leer por sí mismos. Esto tiene que ver con mi historia personal, esa fue la edad en que descubrí la literatura. Aunque sabía leer desde antes, fue en ese momento cuando descubrí que existía todo un mundo de fantasía que me ofrecía las respuestas y propuestas que el real me negaba. Ahora quiero que los demás niños encuentren este universo también.
Carlo Frabetti, además de su inclinación por la literatura infantil, preside la Asociación Contra la Tortura y es miembro fundador de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas. En el sitio web kaosenlared publicó el artículo Los Cinco, los doce, donde hace referencia al caso de los Cinco Héroes.
«Yo creo que esta es una causa muy importante y muy dramática. Cualquier injusticia cometida contra hombres como estos que combaten el terrorismo es una razón para luchar. En este caso hay un valor añadido porque pone de manifiesto de una manera muy clara las contradicciones internas del gobierno y del aparato judicial de Estados Unidos».
En 1998 fue merecedor del Premio Jaén de Narrativa Infantil y Juvenil por El gran juego, y en 2007 recibió el lauro de Literatura Infantil Barco de Papel por Calvina. En nuestro país se dio a conocer por El libro Infierno y La magia más poderosa, en la 13 edición de la FIL. A partir de ese momento ha participado frecuentemente en este evento del que ya forma parte especial.
—En esta ocasión nos trajo Las islas desventuradas...
—Es una historia sobre mi personaje Ulrico, pero en un plano más realista que los cuentos anteriores. Es una novela de caballería que sucede en el siglo XX, cuando el protagonista se encuentra con un joven que busca el Santo Grial. Entonces se produce un diálogo entre este caballero crédulo y cristiano, y el enano racionalista y ateo. Juntos se enfrentan al tipo de aventuras típicas de estas novelas.
—Usted, que es un escritor ya consagrado y participa en varias Ferias del Libro en el mundo, ¿qué encuentra en la cubana?
—Me parece magnífica, sobre todo cuando la comparo con otras ferias, con las típicas del mundo capitalista que son supermercados donde solo se va a hacer negocios, a vender la mercancía. Y la cubana es como debe ser: una fiesta del libro y la cultura, con especial atención a los niños. Solo por eso es maravillosa.