Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Zigzag

Autor:

Celima Bernal

«Está muy arribadita ya», dicen en nuestra región occidental, a quien ha mejorado de sus dolencias. Pensé siempre que se trataba de una expresión tan pinareña como yo; pero hace años encontré en el DRAE: Arribar, figurada y familiarmente, convalecer, ir recobrando la salud o reponiendo la hacienda.

Poner una denuncia o hacer una denuncia: ambas formas están registradas.

Las mesas o camas que pasan de la posición vertical a la horizontal y viceversa, no se llaman portátiles, como imagina un lector —serían difíciles de trasladar—, así es que ya ve, no hay razón para nombrarlas de esa manera. Se llaman abatibles. Rebatibles, dicen algunos, y dicen mal: Ese adjetivo significa que se pueden refutar: «Una proposición ampliamente rebatible».

Arrancar de cuajo no es «expresión propia de gente baja», como imagina una vecina; es locución adverbial que equivale a: de raíz. Sacar de cuajo una cosa. Se usa para indicar que se extrae enteramente del lugar en que estaba arraigada.

Escribe: zigzag, y no: «zig zag». Antiguamente se empleaba: «ziszás».

A esas protuberancias en medio de la vía, que en Cuba llamamos: «policías acostados», se les dice en Chile: «lomos de toro», y en Argentina: «prevención lomada».

La respuesta de hoy

Alguien escuchó en una telenovela colombiana: «Me invitó a las once», y pregunta qué significa. Pues en Colombia y en Chile se llama de ese modo a la merienda, porque originalmente se les daba a los trabajadores asalariados un tiempo para merendar, a las once de la mañana. Cambió el horario de cuatro a cinco de la tarde, pero sigue llamándose así.

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