Serie Sancho y Don Quijote Autor: LAZ Publicado: 21/09/2017 | 04:59 pm
En Nicaragua, llaman «gallo pinto» al congrí, y lo comen en el desayuno. Muchos cubanos agregan, equivocadamente, una ese final a esa palabra, que no la lleva. No digamos: «congris». Congrí procede de la palabra cong, con que los esclavos africanos conocían a los frijoles colorados; y riz, del francés, que se pronuncia «ri», y significa arroz. Si se prepara con frijoles negros es, para nosotros, moros con cristianos.
El vocablo murciélago viene de dos voces latinas que quieren decir respectivamente: ratón y ciego.
Un profesor andaluz, radicado en Costa Rica, cuyo nombre lamento no recordar, aclaró en un programa de radio, hace años, que el conocido refrán: «Quien se fue a Sevilla perdió la silla», no lleva a, sino de. Se refiere al Arzobispo de esa ciudad, que se marchó cuando llegaron los árabes.
Como embriagarse es emborracharse, en México le dicen briago o briaga, a la borrachera. Aparece registrada como mexicanismo. En Colombia, «guayabo» es el resultado de haber tomado mucho el día anterior; la conocida resaca. Aunque en una ocasión le escuché decir a un colombiano: «Bebí muchísimo, y me dio un guayabo caminador». Así es que parece que también al «jala’o», como lo llamamos en nuestra tierra, le dan ese nombre.
La respuesta de hoy
Una lectora me envía dos oraciones. Ella desea que ponga la tilde donde corresponda: «En este árbol ha habido siempre muchos nidos, más ahora que comenzó la primavera». «En este árbol ha habido siempre muchos nidos, mas ahora, que comenzó el invierno, casi todas las aves se han ido lejos». En el primer caso, más es adverbio de cantidad; en el segundo, es conjunción adversativa, fíjese que podemos sustituirla por pero.